El fracaso de la operación en la Región de Murcia contra el Gobierno de Fernando López Miras, y sus consecuencias en la Comunidad de Madrid, ha dejado en la lona a Ciudadanos. Pero también el PSOE sale trasquilado de esta operación que ha impulsado de la mano de Inés Arrimadas y con la que, a corto plazo, pretendía al menos coparticipar de un Ejecutivo regional en el que no tienen sitio desde 1995.
Los socialistas se refieren sin duda como «tamayazo», en recuerdo de los sucesos de 2003 en la Asamblea de Madrid, para denunciar la respuesta del PP acusando a López Miras de comprar a «3 tránsfugas por 1 vicepresidencia y 2 consejerías». El PSOE a través de sus canales oficiales denuncia que «el PP de Casado es el PP de siempre» y que «no es suficiente con cambiar de sede».
El secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán, que capitanea el día a día en Ferraz y participó de las negociaciones ha ido en esa dirección denunciando que «lo que está pasando en Murcia demuestra que el nuevo PP del que habla Pablo Casado, es exactamente el peor PP de siempre». Cerdán acusado al PP de ocultar y mantener la corrupción como una operación que «debilita la democracia».
Por su parte, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, se ha expresado así: «Lo que estamos viviendo no es hacer política, es corromper la política. Esto es la corrupción sistémica del Partido Popular». Los socialistas denuncian que «un gobierno atravesado por la corrupción se revuelve con una práctica mafiosa: la compra de voluntades y el transfuguismo«.
Los socialistas esgrimen el pacto antitransfuguismo en el que en uno de sus puntos se dice literalmente que «los partidos políticos que suscriben los Acuerdos se comprometen a impedir la utilización de tránsfugas para constituir, mantener o cambiar las mayorías de Gobierno de las instituciones públicas».
En una comparecencia, el líder del PSOE en Murcia Diego Consea, ha denunciado «el soborno» al que se han sometido los tres diputados de Ciudadanos, que no firmarán la moción de censura y ha pedido la dimisión de Minguelez, Franco y Álvarez «por traicionar a la Región de Murcia».
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El fracaso de la operación en la Región de Murcia contra el Gobierno de Fernando López Miras, y sus consecuencias en la Comunidad de Madrid, ha dejado en la lona a Ciudadanos. Pero también el PSOE sale trasquilado de esta operación que ha impulsado de la mano de Inés Arrimadas y con la que, a corto plazo, pretendía al menos coparticipar de un Ejecutivo regional en el que no tienen sitio desde 1995.
Los socialistas se refieren sin duda como «tamayazo», en recuerdo de los sucesos de 2003 en la Asamblea de Madrid, para denunciar la respuesta del PP acusando a López Miras de comprar a «3 tránsfugas por 1 vicepresidencia y 2 consejerías». El PSOE a través de sus canales oficiales denuncia que «el PP de Casado es el PP de siempre» y que «no es suficiente con cambiar de sede».
El secretario de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán, que capitanea el día a día en Ferraz y participó de las negociaciones ha ido en esa dirección denunciando que «lo que está pasando en Murcia demuestra que el nuevo PP del que habla Pablo Casado, es exactamente el peor PP de siempre». Cerdán acusado al PP de ocultar y mantener la corrupción como una operación que «debilita la democracia».
Por su parte, la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, se ha expresado así: «Lo que estamos viviendo no es hacer política, es corromper la política. Esto es la corrupción sistémica del Partido Popular». Los socialistas denuncian que «un gobierno atravesado por la corrupción se revuelve con una práctica mafiosa: la compra de voluntades y el transfuguismo«.
Los socialistas esgrimen el pacto antitransfuguismo en el que en uno de sus puntos se dice literalmente que «los partidos políticos que suscriben los Acuerdos se comprometen a impedir la utilización de tránsfugas para constituir, mantener o cambiar las mayorías de Gobierno de las instituciones públicas».
En una comparecencia, el líder del PSOE en Murcia Diego Consea, ha denunciado «el soborno» al que se han sometido los tres diputados de Ciudadanos, que no firmarán la moción de censura y ha pedido la dimisión de Minguelez, Franco y Álvarez «por traicionar a la Región de Murcia».