Elección con sabor a 2024
Hoy queda definido el espectro político local en el que ha sobresalido la etapa de definición de aspirantes a las presidencias municipales de Guadalajara y Zapopan. Sin embargo, aunque se trata de la elección intermedia, ni duda cabe que los proyectos de los dos partidos ahora dominantes en Jalisco, MC y Morena, también se ponen en el arrancadero con la mira bien puesta en el 2024, es decir, parece estarse jugando también la siguiente gubernatura del estado.
La súbita declinación del alcalde tapatío Ismael del Toro, que suscitó fuertes especulaciones en torno a los motivos que le llevaron a la determinación, parece acentuar aún más razones con la renuncia a las postulaciones para diputado, primero a pluri y luego de mayoría, del vigente líder de los emecistas en el Congreso local, Salvador Caro, quien no tuvo empacho en afirmar que lo hace en gesto de solidaridad con Ismael y para dejar el paso libre al que será candidato a la alcaldía de Guadalajara, Pablo Lemus, para efecto de los reacomodos políticos que así le convengan. Así las cosas, las cosas empiezan a aclararse y quizá lo que estemos presenciando sea la recomposición integral del poder naranja en la entidad.
Por el lado de Morena las cosas han sido más que complejas. Finalmente se dieron como se esperaba y especulaba desde el principio. Los “fuertes” del morenismo en la entidad, Carlos Lomelí y Alberto Uribe, alejados de las bases y apoyados respectivamente por fuerzas centrales que empiezan desde ahora a confrontarse también con los ejercicios propios de una génesis hacia la sucesión presidencial, serán el frente de lucha ante los de MC en los dos municipios más importantes de la entidad. Pero, en el fondo, todo mundo sabe de sus fuertes diferencias hasta personales, lo que, además de enfrentarse externamente, también iniciarán de paso sus propias batallas entre sí, hacia cuál de ellos tocará ir en pos ¿de qué otra cosa? sino la mismísima gubernatura.
Desde luego que falta por ver lo que decidirán los ciudadanos. Ya no parecen quedar dudas de que difícilmente el resto de los organismos políticos tendrán espacio mayormente importante. Quizá, se piensa con bastante sentido, que el partido Futuro que aunque no le guste se tiene que hacer referencia a Pedro Kumamoto logre alguna hazaña especial y hasta Uribe señala que será éste su rival a vencer y no Juan José Frangie en Zapopan, apreciación que obedece a ir perfilando una actitud intencionada de no concederle las mismas posibilidades que en el pasado. Sin embargo, hay que tener presente que Pablo Lemus y Frangie, podrán acompañarse, ir de la mano uno el otro durante la campaña, fortaleciéndose mutuamente, lo cual indiscutiblemente no sucederá entre los morenistas Lomelí y Uribe que tienen resabios profundos y que lo único que ostensiblemente comparten son sus ambiciones futuras. Claro que las cosas cambiarían mucho si alguno de ellos, o ambos, pierden, ya que automáticamente se descartarían sus opciones para liderar un proyecto hacia la contienda que vendrá posteriormente. El rango de regidor no acomodaría ni a Lomelí ni a Uribe para pensar en algo bueno para ese entonces.
Sin desconocer que efectivamente algo pasa en el seno del grupo político de Enrique Alfaro ya que la manifiesta retirada de dos de sus piezas fundamentales ya detecta una escisión que aparentemente parece de fondo, sin embargo descartar a Ismael del Toro en esta lucha hacia el 24 es aún muy, muy pronto pues tiene liderazgo, equipo, estructura propia, además de ser la persona más cercana al gobernador, o igual podría significar el cambio de estafeta entre los emecistas y que, actualmente se visualiza, sería para Lemus, a quien se abre el camino para ir posicionando a su gente e ir asumiendo, poco a poco si se quiere y de común acuerdo con el actual gobernador, el liderazgo que salve a los naranjas de los embates que vendrán cada vez más fuertes desde el partido del presidente de la república.
Eso no quiere decir que Lemus tenga la presidencia municipal en la bolsa pero se ve, si logra sumar a todo el equipo de Gdl, a la IP, al clero y a todo el que están inconformes con el gobierno federal, objetivamente, que tendrá muchos menos problemas que su principal contrincante, Lomelí, a quien todavía le pesan muchas dudas sobre sus operaciones comerciales especialmente con el gobierno y que, por otra parte, tendrá que asumir cierto costo de los daños colaterales que dejarán las postulaciones entre morenistas resentidos y la complicada relación con Uribe, que debe recordarse procede de un aspirante presidencial distinto al de sus liderazgos partidistas actuales.
Mucho estará en juego para Jalisco en la jornada de junio. No quede duda de que ya hay en ello cierto sabor a 2024. En suma, esto se pondrá bueno.
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