APlanet, un estímulo tecnológico para dar brillo a la sostenibilidad

La sostenibilidad y la responsabilidad social corporativa se abren paso cada vez con más fuerza en las organizaciones. Conscientes del creciente compromiso de las compañías con su entorno, Johanna Gallo, ingeniera informática, y Cyril Pierre, experto en marketing, fundaron en marzo de 2019 la startup APlanet, que ha desarrollado una herramienta para hacer más sencilla y eficiente la labor de los profesionales encargados de gestionar este tipo de planes. El proyecto arrancó con financiación proveniente de familiares y amigos, así como de los propios socios y algunos empleados muy comprometidos con la idea. En la segunda mitad de 2019 levantaron una ronda de financiación por valor de 1,7 millones de euros y ya suman casi 140 clientes, distribuidos en los mercados donde operan: España, Portugal y Brasil. Su propuesta se basa en un gestor automatizado de datos que recopila, centraliza y consolida en un mismo lugar la información procedente de los diferentes departamentos de la empresa (por ejemplo, huella de carbono, igualdad de género, medidas de conciliación…) con el objetivo de reducir la carga de trabajo administrativo, agilizar la consecución de métricas de impacto, generar informes no financieros y facilitar la toma de decisiones. Cobran entre 5.000 y 10.000 euros de licencias anuales por el uso del software, pensado para todo tipo de compañías. «Es una necesidad global, independientemente del sector, del tipo de empresa y mercado», apunta Gallo, que considera que hay tres factores que han contribuido a impulsar la sostenibilidad en los últimos años. Uno de ellos, dice, es la regulación. En España, por ejemplo, es obligatorio desde enero de 2019 que las sociedades con un número medio de trabajadores superior a 500, las consideradas de interés público o las que durante dos ejercicios consecutivos reúnan una serie de requisitos presenten el estado de información no financiera. «Muchas se acercan por la regulación, pero otras tantas lo tienen en su cultura, impulsado por fundadores o directivos», comenta. Y añade un tercer factor decisivo, como son los grupos de interés. «Los empleados, los clientes, los socios u otro tipo de proveedores cada vez lo piden más», piensa Gallo. Océanos azules APlanet todavía no ha alcanzado el ‘break even’ (equilibrio entre equilibrio entre ingresos y gastos) porque, tal y como señala su cofundadora, «estamos apostando muy fuerte por el crecimiento, ya que sabemos que hay una oportunidad enorme». En este sentido, cuenta que en las geografías en las que ya están presentes y en otras donde pretenden llegar, se encuentran con océanos azules: «Hay empresas que llevan haciendo sostenibilidad desde hace tiempo, pero no aplican tecnología. Es un campo que tiene mucho por explorar». Los planes de futuro de la empresa pasan por «invertir en innovación de producto y en desarrollo tecnológico de los productos que ofrecemos», ganar cuota de mercado en los lugares donde tienen actividad así como expandirse a nuevos países de Europa y América Latina en la segunda mitad de 2021. Medir el impacto social y ambiental ha dejado de ser una entelequia para convertirse en una realidad totalmente asumida por parte de las compañías.