El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha acordado apartar de su oficio de párroco en Gran Canaria al sacerdote Fernando Báez, al que también ha prohibido cautelarmante participar en la eucaristía, tras haber responsabilizado de su muerte a la madre de las niñas Anna y Olivia.
Con estas medidas, se suma la exigencia de «no hacer manifestaciones y declaraciones en medios de comunicación o redes sociales en su condición de sacerdote«.
El obispo Mazuelos concluye su decisión sobre la investigación previa sobre Báez iniciada el 3 de noviembre de 2020 con un decreto firmado este miércoles 16 de junio, como ha informado en un comunicado el Obispado de la Diócesis de Canarias.
Báez expresó a través de la red social Facebook que el comportamiento de Tomás Gimeno se debe a lo que ha calificado de «infidelidad« de la madre de las niñas Anna y Olivia. Al párroco se le ha notificado el decreto, el inicio de un proceso canónico y las diversas medidas cautelares que entran en vigor esta misma tarde, sobre las que Báez se ha pronunciado ratificando su renuncia como párroco de forma «libre y voluntaria».
Captura de las declaraciones, ya borradas, de la red social del Padre Báez
-
ABC
Deberá, por tanto, dejar de ejercer su oficio de párroco de Nuestra Señora de las Nieves, en Lomo Magullo, y cesar en su puesto de encargado de los lugares de culto de San Francisco de Asís, en Cazadores, y San José en Las Breñas, todos ellos en el municipio grancanario de Telde.
Se mantiene abierto el proceso judicial canónico a Fernando Báez, y hasta que se proceda a nombrar un párroco o administrador parroquial, actuará en su nombre el vicario episcopal de la zona sur de Gran Canaria, Antonio Juan López.
La gota que colma en vaso
El Obispo de Canarias, José Mazuelos, se mostró tajante hace unos días con las declaraciones del Padre Báez que «son la gota que colma el vaso« porque la Iglesia »e
n la vida va a justificar una muerte de unos menores por una infidelidad«.
En este sentido, declaró que las palabras del párroco teldense fueron «muy desafortunadas» y que «no hay motivo ni justificación« para defender este crimen vicario.
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El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha acordado apartar de su oficio de párroco en Gran Canaria al sacerdote Fernando Báez, al que también ha prohibido cautelarmante participar en la eucaristía, tras haber responsabilizado de su muerte a la madre de las niñas Anna y Olivia.
Con estas medidas, se suma la exigencia de «no hacer manifestaciones y declaraciones en medios de comunicación o redes sociales en su condición de sacerdote«.
El obispo Mazuelos concluye su decisión sobre la investigación previa sobre Báez iniciada el 3 de noviembre de 2020 con un decreto firmado este miércoles 16 de junio, como ha informado en un comunicado el Obispado de la Diócesis de Canarias.
Báez expresó a través de la red social Facebook que el comportamiento de Tomás Gimeno se debe a lo que ha calificado de «infidelidad« de la madre de las niñas Anna y Olivia. Al párroco se le ha notificado el decreto, el inicio de un proceso canónico y las diversas medidas cautelares que entran en vigor esta misma tarde, sobre las que Báez se ha pronunciado ratificando su renuncia como párroco de forma «libre y voluntaria».
Captura de las declaraciones, ya borradas, de la red social del Padre Báez
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ABC
Deberá, por tanto, dejar de ejercer su oficio de párroco de Nuestra Señora de las Nieves, en Lomo Magullo, y cesar en su puesto de encargado de los lugares de culto de San Francisco de Asís, en Cazadores, y San José en Las Breñas, todos ellos en el municipio grancanario de Telde.
Se mantiene abierto el proceso judicial canónico a Fernando Báez, y hasta que se proceda a nombrar un párroco o administrador parroquial, actuará en su nombre el vicario episcopal de la zona sur de Gran Canaria, Antonio Juan López.
La gota que colma en vaso
El Obispo de Canarias, José Mazuelos, se mostró tajante hace unos días con las declaraciones del Padre Báez que «son la gota que colma el vaso« porque la Iglesia »e
n la vida va a justificar una muerte de unos menores por una infidelidad«.
En este sentido, declaró que las palabras del párroco teldense fueron «muy desafortunadas» y que «no hay motivo ni justificación« para defender este crimen vicario.