Nuevos disturbios entre judios y palestinos en la Explanada de las Mezquitas
Jóvenes palestinos y agentes de la Policía israelí volvieron a enfrentarse este domingo en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén o Monte del Templo para el judaísmo, en una tensa jornada en la que termina la fiesta musulmana del Aid al Adha (Sacrificio) y comienza la judía de los Tabernáculos (Sucot). Según las imágenes difundidas por medios locales, varias decenas de jóvenes palestinos se atrincheraron en la zona de la mezquita de Al Aqsa, la tercera en la jerarquía del islam, y arrojaron piedras a los agentes alrededor del complejo poco antes de la celebración de los rezos por su fiesta.
La Policía informó en un escueto comunicado de que se produjo "el lanzamiento de piedras y fuegos de artificio" contra la fuerzas del orden "en el Monte del Templo", al que los antidisturbios irrumpieron por la Puerta de los Mugrabíes, aledaña al Muro de las Lamentaciones.
"No hay detenciones ni heridos", confirmó la portavoz policial Luba Samri, quien agregó que los agentes antidisturbios permanecieron en la explanada hasta "controlar" la situación.
Según la fuente, la intervención de las fuerzas del orden duró apenas unos minutos, en los que se desmantelaron las grandes sombrillas y barricadas que los manifestantes suelen colocar para protegerse de los agentes.
Los disturbios, que vienen repitiéndose de forma intermitente en ese lugar sagrado en las últimas dos semanas, y con mayor intensidad en los barrios palestinos de Jerusalén Este, que Israel ocupa desde 1967, coinciden con el final de la fiesta musulmana, una de las más importantes, y el comienzo esta noche de la judía.
Israel ha autorizado estos últimos tres días el acceso libre a la explanada a todo musulmán con tarjeta de identidad israelí, y a los mayores de 45 (30 para mujeres) para aquellos procedentes de Cisjordania. A la vez, ha prohibido el ingreso de turistas y de israelíes judíos al recinto para evitar fricciones.
"La discriminación de judíos y nuestro alejamiento hoy del Monte del Templo, con la esperanza de satisfacer al terrorismo y mantener la calma, es un gran error y es peligroso", se quejó el grupo de acción que reúne a varias organizaciones nacionalistas judías que exigen el derecho a visitar el lugar donde estuvo el Templo de Jerusalén hace dos mil años.
Según la edición digital del diario Yediot Aharonot, los disturbios se vieron alentados por la publicación en varios sitios de internet y redes sociales de una información acerca de que nacionalistas judíos pretendían visitar la disputada explanada.
Entre ellos estuvo una advertencia de la diputada árabe Henín Zoavim, de la Lista Común árabe, proclamando que "el cierre de las puertas de Al Aqsa a los musulmanes es un paso peligroso y sin precedentes en un día de fiesta", informó ese medio.
"Quiero aclarar que el Monte del Templo está en calma y que no ha sido cerrado. Está abierto a los creyentes musulmanes", respondió la portavoz policial.
Debido a la coincidencia de fiestas y del reciente agravamiento de los disturbios en la ciudad, la Policía ha extremado la seguridad en todo el perímetro de Jerusalén, con "miles de agentes del distrito, policías de refuerzo de otros, y voluntarios que se repartirán por toda la ciudad", según un comunicado.
La fiesta de Sucot está relacionada directamente con la actividad en el bíblico templo, al que los israelitas peregrinaban anualmente en esta y otras dos fiestas, Pesah (abril) y Shavuot (mayo-junio).
Miles de israelíes acudirán por ello durante los siete días de la fiesta a Jerusalén y a la zona del Muro las Lamentaciones, con visitas matutinas a la explanada.
Unas visitas, bajo estrecha vigilancia policial, que despiertan la indignación de los palestinos que reclaman el lugar sagrado, junto con el resto de Jerusalén oriental, como capital de su futuro Estado.
En el resto del país, la seguridad también será la nota dominante de los próximos siete días, en los que, siguiendo la tradición bíblica, los israelíes comen, y muchos de ellos hasta duermen, en precarias cabañas cubiertas de hojas de palmera que han construido en terrazas de edificios, azoteas e incluso aparcamientos.
Uno de los eventos centrales y más multitudinarios de la fiesta es la Marcha anual de Jerusalén, el próximo jueves, en el que miles de evangelistas cristianos e israelíes caminan por las calles centrales de la ciudad para expresar su apoyo a Israel, lo que también es considerado una provocación por los palestinos de la parte este.
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