Esperanzas sobre la plataforma
Quedan pocas dudas: la participación cubana en el torneo de clavados del Mundial Fina de Budapest 2022 ha dejado un dulce sabor de boca. Y aunque pudiera ampliarse tal hipótesis con un cúmulo de halagos y loas, es mejor dejar al tiempo el futuro de un grupo de jóvenes cuyas actuaciones en la capital húngara ofrecen motivos para el optimismo.
Es cierto: regresarán de Europa sin ninguna medalla. Sin embargo, antes de la partida a tan prestigioso torneo, pensar en podio habría sido, más que desmedida positividad, una desvirtuación de la realidad muy peligrosa. La clave del éxito en cualquier deporte radica en conocer fortalezas y debilidades y trabajar para potenciar unas y erradicar otras.
No obstante, que atletas inexpertos hayan sobresalido en escenarios imponentes, resulta cuanto menos gratificante. Y si no, basta con echarle un ojo a la prueba de plataforma sincronizada, en la cual Carlos Daniel Ramos y Luis Gustavo Cañabate concluyeron sextos, con 371,01 puntos. Aparte de ser finalistas e incluir a Cuba en la élite contra todo vaticinio, aseguraron su inclusión en la Serie Mundial del año 2023.
El tándem de Ramos y Cañabate, que hace meses mostraron su talento en la primera edición de los Juegos Panamericanos Junior, efectuados en Cali, acaparó titulares en los medios y también debates entre los aficionados al deporte. Ambos tienen solo 18 años y todavía no alcanzan la madurez deportiva. Es más, apenas comienzan, tal y como revela la edad y la escualidez de sus trayectorias.
No obstante, todo el mundo no asciende a la cima en la misma etapa. Algunos, los mejores, consiguen el ascenso antes, en plena flor de la adolescencia. Sorprendió sobremanera en el Mundial su exquisita coordinación, dominio de la técnica y buen manejo de las situaciones más tensas. Si logran alcanzar un mayor grado de complejidad en sus ejecuciones y
lograrlas de forma tan efectiva como en Budapest, tienen mucho que decir a corto plazo.
Ellos no han sido los únicos. Días atrás, la «tuti» Anisley García había tenido muy buen desempeño en la plataforma individual, al igual que Carlos Escalona en trampolín a tres metros. Todos estos atletas oscilan en torno a la misma edad, que apenas supera las dos décadas de vida. Esto habla de unas condiciones innatas, que ya van siendo muy bien manejadas por el entrenador Hugo Pérez de Corcho y la comisionada Milagros González.
Incluirlos en circuitos de relevancia, en el cual sus nombres comiencen a ser habituales para los jueces y, como es lógico, esto les permita ganarse el respeto a la hora de recibir calificaciones, además del rodaje competitivo que les ofrecería, resulta indispensable para no cortar el desarrollo.
Por lo pronto, este día 3 venidero concluye el Mundial Fina en Budapest, y aunque ya nada tenga Cuba por decir, lo visto hasta ahora es un soplo de fe muy estimulante. En el complejo de piscinas Baraguá habrá que enfocar bien el proyecto para no desperdiciar lo logrado.