Zidane Zeraoui: Las megalópolis y el reto de la planeación urbana
Hoy día existe una urbanización acelerada a nivel global, con grandes retos de planeación que incluyen, entre otros, el suministro del agua y el manejo responsable de los recursos que eviten o al menos controlen la contaminación ambiental. Ante esta realidad, la UNESCO organizó del 1 al 4 de diciembre de 2015 una conferencia internacional en París sobre el vital líquido, las megalópolis y el cambio climático en su sede central. Esta decisión se tomó en la medida que desde 2011 (otras fuentes manejan 2007), por primera vez en la historia, la población mundial vive en su mayoría en ciudades, con más de 3,500 millones de personas. Además se prevé que en 2050 esta cifra se eleve a 6, 300 millones, pasando así de representar el 50% de la población mundial a constituir más del 70% quienes se concentrarán en conglomerados urbanos. Si bien las ciudades son centros de creatividad y progreso económico, también padecen múltiples problemas ambientales debido principalmente a la contaminación del aire y a peligros relacionados con el tiempo, el clima y el agua.
Además tanto las metrópolis como las megalópolis se multiplican con rapidez y probablemente para el 2050, no solamente el 70% de la población del planeta será urbanizada, sino que el 50% residirá en estas megaciudades de más de 10 millones de habitantes las que abarcan menos del 0,2% de la superficie terrestre y, sin embargo, acogen a una de cada diez personas del mundo. La mayoría de los habitantes de las zonas urbanas viven en ciudades de países en desarrollo y menos adelantados, a menudo en asentamientos informales, vulnerables a los peligros relacionados con el hacinamiento y todas las implicaciones que de éste se derivan al tiempo de estar expuestos a niveles elevados de contaminación del aire y cada vez más al acceso limitado a los recursos vitales como el agua.
La pugna de los términos
Existen muchos términos para referirse a estas grandes agrupaciones urbanas. Generalmente, el concepto de megalópolis se refiere a las ciudades de más de 10 millones de habitantes, pero para otras fuentes a partir de 8 millones ya se puede considerar a la aglomeración como megalópolis. Precisamente fue Nueva York que recibió este título en 1936 cuando superó la barrera de los 10 millones. Hoy día, 47 ciudades han alcanzado y superado a la urbe norteamericana como Tokio, Shanghái, Yakarta, Delhi, Seúl y la Ciudad de México.
El otro concepto muy común es de Ciudad Global, aunque este término se refiere más a las conexiones mundiales de la urbe que a su población. Fue en Liverpool, en Gran Bretaña, la primera ciudad en recibir este título.
Finalmente, el vocablo de Metrópoli sirve para describir a las grandes ciudades, aunque menores a 10 millones y con ciertas características de las Ciudad Globales, en México han alcanzado esta denominación Guadalajara y Monterrey.
Los retos de las grandes ciudades
En estos grandes asentamientos urbanos, la vida y las actividades cotidianas han modificado el espacio con la concentración del asfalto, altos edificios y pocas áreas verdes que afectan la calidad de vida de la población y han generado una creciente inseguridad, mayor desigualdad social, problema de escasez de recursos y estrés hídrico, además de recolección de basura, deficiencia en el transporte público y otros problemas medioambientales.
Precisamente Monterrey como metrópoli con más de 5 millones de habitantes está enfrentando las crisis propias de este tipo de urbes. Ya en la década de los años 80, el exgobernador de Nuevo León (1979-1985), Alfonso Martínez Domínguez, pronosticó que habría una escasez de agua en Monterrey entre el 2010 y el 2020 si no se cuidaba el vital líquido o si la capital de Nuevo León crecía más allá de 3.5 a 4 millones de habitantes. Esta advertencia visionaria de hace 3 décadas no fue tomada en cuenta y hoy Monterrey supera los 5 340 000 habitantes y vive el peor drama hídrico de su historia por falta de visión prospectiva de los líderes políticos y la ausencia de planeación urbana.
Parece ser que nuestros representantes no han entendido las lecciones de la historia y en lugar de una actitud prospectiva, se han mostrado reactivos con grandes deficiencias.
El autor es Doctor en Ciencia Política, especialista en política internacional y asuntos regionales. Profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.