Turrialba, Jiménez y Alvarado de Cartago también están el alerta roja por tormenta tropical Bonnie
A las 8 a. m. el Centro Nacional de Huracanes alertó sobre el cambio de categoría en el disturbio del Caribe que pasó a ser la tormenta tropical Bonnie, cuyos efectos comienzan a sentirse ya en el país.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) incluyó al mediodía a los cantones cartagineses de Turrialba, Jiménez y Alvarado en la alerta roja que ahora suma 15 cantones nacionales con el nivel máximo, pues el jueves se dictó para otros 12 de Guanacaste, la zona norte y el Caribe norte.
Lo anterior, luego de que el director del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), Werner Stolz, confirmó que la tormenta tropical Bonnie tocará tierra a eso de las 6 p. m. de este viernes por la barra del Colorado, para luego recorrer toda la zona fronteriza común con Nicaragua durante la noche y madrugada. Se espera que salga por el Pacífico a las 8 a. m. del sábado.
“Quiere decir que ese es el lapso que va a tardar la tormenta atravesando la zona norte y todo el cordón fronterizo del país. Estamos previendo acumulados de lluvia entre 200 y 250 milímetros (litros por metro cuadrado) y vientos máximos de 100 kilómetros por hora”, dijo Stolz.
Recordó que en las partes altas de las montañas es donde llueve más, de modo que los pueblos que están cerca o al pie de los cerros son los que tienen que extremar los cuidados, tanto por lluvias como por avalanchas que los ríos puedan ocasionar ante la caída de árboles por los fuertes vientos.
Entrará como tormenta
El Centro Nacional de Huracanes declaró a eso de las 8 a. m. de este viernes que el disturbio se constituyó como la tormenta tropical Bonnie con vientos asociados de unos 68 kilómetros por hora y avanza con la trayectoria prevista originalmente hacia el Istmo. El efecto de las bandas asociadas se percibirá a lo largo del día y por ahora se descarta que el ciclón alcance la categoría de huracán antes de tocar tierra. Será días después, cuando avance por el otro litoral, en que pueda retomar fuerza y alcanzar esa categoría cerca del pacífico mexicano.
Según José Alberto Navarro, del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), a eso de las 8 a. m. el Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, Estados Unidos, les alertó sobre la variación. “En la mañana el avión cazahuracanes reportó vientos superiores a 68 km/h y por eso se le declaró como tormenta tropical”.
Dijo que, por condiciones que no están claras, el Centro Nacional de Huracanes pasó de onda tropical directo a tormenta tropical, es decir, sin el paso intermedio de depresión tropical. “No sé si fue directriz de ellos, pero ya tenemos la queja, porque por eso duró tanto en conocerse el paso de un estado a otro”, explicó.
Conforme se acerque a tierra se podrá definir con más claridad el punto por donde entrará el centro del ciclón, que por ahora sigue proyectándose hacia Bluefields, Nicaragua. Al constituirse como tormenta, ya tiene un centro definido y claras bandas asociadas.
Una tormenta tropical, según la escala Saffir Simpson, es un fenómeno con vientos asociados que van de 63 a 118 kilómetros por hora. Es el grado previo a un huracán y puede provocar repentinas y devastadoras inundaciones, así como fuertes vientos capaces de derribar árboles.
Desde 1950, solo se han formado otras cinco tormentas con nombre en el Caribe durante el mes de julio, son Anna, en 1961; César en 1996, Claudette en el 2003, Dennis, en el 2005 y Dolly en el 2008.
De todas ellas, la que tuvo mayor impacto en nuestro país fue Cesar, que fue la tercera tormenta en recibir nombre de la temporada de huracanes del Atlántico de 1996. Esa vez, cantones de la zona sur como Golfito, Osa, Corredores, San Vito y Pérez Zeledón tuvieron pérdidas humanas y gran cantidad de damnificados, así como daños grandes en estructuras y el sector agropecuario.
César dejó pérdidas de ¢37.141 millones
Temporal en zona norte
Desde tempranas horas de la mañana las lluvias asociadas a las bandas de la tormenta tropical Bonnie comenzaron a afectar el Caribe norte, la zona norte y el Valle Central, situación que podría irse ampliando conforme avancen las horas a regiones como Liberia, Puntarenas y el Pacífico en general, dijo José Alberto Navarro.
Se espera que en gran parte del territorio, sobre todo en la zona norte, llueva de forma constante por más de 24 horas, es decir condiciones de temporal. Desde el jueves la Comisión Nacional de Emergencias declaró alerta roja en 12 cantones de la zona norte y ahora sumó tres de Cartago. En alerta naranja sigue el resto del país, excepto el Caribe sur (amarilla) donde se prevé menor afectación.
Según el Centro Nacional de Huracanes, el centro de la tormenta estaba a la 2 p. m. a 160 kilómetros al este sudeste de Bluefields, Nicaragua y se traslada a una velocidad de 28 km/h hacia el istmo centroamericano. “Se observa cada vez mejor organización del disturbio”, agrega el Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
El ciclón cruzará entre la frontera común entre Costa Rica y Nicaragua, trasladándose al océano Pacífico el sábado. Se pide especial atención a las regiones de la zona fronteriza, pues según la posible trayectoria, es la parte de mayor esos serán los puntos de mayor vulnerabilidad a inundaciones en este momento. Se pronostica un fortalecimiento conforme la tormenta se acerca al punto de contacto con tierra.
Este viernes los cuerpos de socorro en las zonas vulnerables seguían con la evacuación de familias. Además de Sarapiquí, Heredia, se movilizaron personas de San Carlos, Upala, Guatuso, Cañas, las barras de Colorado y Tortugueron en el Caribe norte, así como Ujarrás de Buenos Aires, en la zona sur del país, afirmó el director de la CNE, Alejandro Picado.
Agregó que al mediodía seguían 2.400 personas en proceso de evacuación y se espera movilizar a más de 3.100 personas a los albergues de Pital, Cutris y Coopevega de San Carlos, además de indígenas de Ujarrás de Buenos Aires y 25 comunidades de Upala, donde el río Zapote y otros de la zona suelen generar inundaciones cuando hay eventos extremos.
Las barras de Colorado, Tortuguero, Parismina y Pacuare, así como vecinos de Guácimo y Matina, también fueron llevados a puntos seguros.
Picado indicó que a partir de las 6 p. m. las ráfagas de viento se percibirán con más fuerza por lo que pide precaución extrema a conductores en carreteras o gente que vive cerca de árboles que puedan caer, de modo que se puedan prevenir pérdidas humanas. Insiste en no cruzar ríos crecidos y más bien alejarse a tiempo de quebradas y ríos, pues por la saturación pueden desbordarse fácilmente.
Mañana sábado las lluvias continuarán en la zona norte, norte de Guanacaste y menor cantidad Caribe norte, con montos estimados entre 100 y 250 litros por metro cuadrado (milímetros) en 24 horas, es decir, habrá acumulados fuertes durante los próximos dos días.
Para el domingo, los efectos irán disminuyendo mientras este disturbio se interne en el océano Pacífico; por lo tanto, para ese día volverán las precipitaciones propias de la época lluviosa.
Atentos a vuelos
Si usted tiene programado un vuelo internacional para este viernes y sábado, manténgase en contacto con la aerolínea respectiva, pues las posibilidades de demoras y cancelación de vuelos son muy altas ante el paso de la tormenta tropical Bonnie por territorio costarricense.
Por ejemplo, el aeropuerto internacional Daniel Oduber operó esta mañana con normalidad. No obstante, se mantiene en comunicación permanente con la CNE y el IMN para cualquier eventualidad. A los pasajeros les solicita visitar la página www.guanacasteairport.com y las redes de Facebook y Twitter para conocer status de vuelos antes de llegar a la terminal.
En un comunicado de prensa del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, Luis Miranda, subdirector de Aviación Civil, explicó que los aeropuertos internacionales trabajan aplicando mínimos meteorológicos que permiten la operación segura. A nivel de aeródromos, Miranda comentó que se giraron instrucciones a los dueños de aeronaves, para que mantengan doblemente calzados los neumáticos de sus avionetas y que en caso de inundación o crecida de los ríos estos bienes no sufran daños.
“Los propietarios también deben asegurarse que ningún equipo quede suelto, para minimizar el riesgo de afectación. Miranda recalcó que las condiciones meteorológicas son muy variables y normales de la época lluviosa, por eso las terminales aéreas operan aplicando los reglamentos internacionales de aviación y haciendo uso de los instrumentos que permiten operaciones seguras cuando se alcanzan estos mínimos meteorológicos”, agregó.