Pedro Castillo renuncia al partido Perú Libre y la fuerza política pasa a ser oposoción
El presidente peruano, Pedro Castillo, renunció oficialmente a su partido Perú Libre (PL) este jueves, a pocas horas de que esta fuerza anunciara que ahora se posiciona como oposición a pesar de haberlo llevado hasta la presidencia de la República.
Perú Libre también dijo en un comunicado que votará a favor de la moción de censura que se promueve actualmente en el Parlamento y que, de obtener los votos de la mayoría, devendría en la destitución de Castilo.
“Hoy he presentado al @JNE_Peru mi renuncia irrevocable al partido político Perú Libre. Tal decisión obedece a mi responsabilidad como presidente de 33 millones de peruanos. Soy respetuoso del partido y sus bases construidas en la campaña”, informó Castillo en su cuenta de Twitter.
“Al amparo de lo establecido en el artículo 2, inciso 20, de la Constitución Política del Perú, en concordancia con el artículo 18-A de la Ley N° 28094, Ley de Organizaciones Políticas, acudo a vuestro despacho a fin de presentar mi renuncia irrevocable a la filiación como integrante de la organización política ‘Partido Político Nacional Perú Libre’, a fin de que proceda a disponer mi desafiliación de dicha organización política”, dice el documento que Castillo entregó a la Junta Nacional de Elecciones.
El líder de Perú Libre, Waldemar Cerrón, dijo que “nos somos bancada oficialista, definitivamente”, y agregó: “Que nosotros no estemos de acuerdo con algunos términos (del gobierno) significa que podríamos ser una oposición propositiva y no una oposición obstruccionista”.
Foto: Twitter / Pedro Castillo
Llegarían a los votos para destituirlo
PL se ha quejado de que Castillo dejó de lado el programa de gobierno que se elaboró en conjunto con el partido, y que viene incumpliendo sus promesas electorales. En cambio, añaden, está implementando “un programa neoliberal perdedor”.
La ruptura entre el mandatario y su ex partido se da en el medio de una investigación contra Castillo por supuesta corrupción, y planean recomendar una acusación constitucional en su contra, que podría poner fin a su corto mandato de apenas 11 meses.
Para la destitución se necesitan 87 de los 130 votos del Congreso: hasta ahora, con el apoyo de PL -al margen de las discrepancias internas-, el clúster de cinco partidos aliados en la oposición, compuestos por la derecha dura, llegarían a ese número mínimo.