Mirarte con ojos nuevos
?Cuando te encuentro, para percibirte con claridad, he de dejar atr?s todo mi pasado, tanto lo bueno como lo malo, para percibirte a ti, desde la realidad de este presente?.
Esta frase de Anthony de Mello es monumental. Habla de una invitaci?n a dejar de vivir atados a los filtros de la percepci?n que aprendimos en el pasado.
Reviste suma importancia porque nos reta a ser capaces de percibir a las personas nuevas que llegan a nuestra vida, desde una visi?n muy justa y neutral.
Una visi?n que sea capaz de apreciarles en su totalidad, de no evaluarlos desde las experiencias viciadas y no trabajadas de nuestras anteriores relaciones.
Muchas veces estamos factur?ndole heridas pasadas a la gente que reci?n lleg? en nuestro camino, y que est?n dando lo mejor que tienen para nuestra persona.
En ocasiones actuamos como un ni?o a mitad de un berrinche; enojados porque esas personas buenas del presente no llegaron antes a nosotros. Y las tratamos mal, desde una perspectiva absurda y contradictoria.
Vivimos afectados por la paranoia y la desconfianza, o simplemente el resentimiento de buscar qui?n nos la pague, y no qui?n nos la hizo. Ser capaz de mirarte con ojos nuevos, renunciar a mi oscuro deseo de desquitarme del pasado, de dejar de cantarle a la vida las injusticias, las deudas que supongo que tiene conmigo.
Mirarte con ojos nuevos es dejar de compararte, dejar de buscar a otros en tu persona y en tus actos, dejar de esperar que te parezcas a lo que ya conozco, a lo que me hab?a acostumbrado, a todo eso que ya no est? en mi vida y que por ende no tiene utilidad alguna. Escuchamos con frecuencia a muchas personas a?orando a esa pareja del pasado, a ese compa?ero que se march?.
?Era tan maravilloso? Era tan m?gico?? suelen decir. En terapia me ocupo de recordarles que si fuera tan m?gico no se habr?a largado. No habr?a sido indiferente. No habr?a pensado solo en s? mismo. Entonces los invitamos a mirar el presente; a valorar a la gente que, adem?s de amarles, permanece a su lado.
Los invitamos a dejar de masacrar su vida en el peor de los abismos: la nostalgia. Dejar de cargar sus pesadas anclas y atreverse a mirar la vida entera con ojos nuevos. _