El feminismo chileno se moviliza para "enterrar la Constitución de Pinochet" en el referéndum del 4 de septiembre
Cargada con su amplia oferta de libros feministas, Gladys Bustos se instala en el recibidor del Teatro Caupolicán de Santiago, en pleno centro de la capital de Chile. Hoy, por ser un “día especial”, dice a elDiario.es, vende dos por 20.000 pesos (22 euros). “Es un día histórico para las feministas, estoy muy emocionada”. Fuera, la fila de personas que esperan para entrar da la vuelta al edificio y aún falta más de una hora para empezar.
La escena es del pasado sábado, cuando miles de personas acudieron al llamado “Caupolicanazo Feminista”, un evento reservado solo para mujeres e integrantes de la comunidad LGTBI y organizado por 37 organizaciones feministas partidarias de aprobar la propuesta de nueva Constitución.
El próximo domingo 4 de septiembre el país sudamericano decidirá en un plebiscito si sustituye la carta magna actual, instaurada bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), por una nueva. En la papeleta hay dos opciones: 'apruebo' o 'rechazo' (el texto propuesto). Los últimos sondeos revelan que se puede imponer la opción de rechazo, pero voces expertas creen que el resultado está muy abierto.
La portavoz del encuentro, Cynthia Shuffer, defendió que el texto propuesto "avanza en transformaciones sustantivas" y trae "buenas noticias feministas".
Al menos 36 de los 388 artículos de la nueva norma aluden explícitamente al género y a temas hasta ahora invisibilizados, según un recuento de ONU Mujeres citado por la agencia EFE. Un aspecto pionero se recoge en el Artículo 1, que define la democracia como “inclusiva y paritaria” y establece que todos los poderes y organismos del Estado, incluso la Policía y las Fuerzas Armadas, deben estar integrados por al menos un 50% de mujeres.
“Esta será la primera Constitución en el mundo escrita por un órgano paritario y será también la primera en garantizar que nuestro lugar en la democracia nunca será menos que nuestro lugar en el mundo: al menos la mitad”, dice a elDiario.es la constituyente Alondra Carrillo, de 29 años, independiente y activista de la Coordinadora Feminista 8M, una de las organizaciones que estuvo a cargo del evento del pasado sábado.
Se trata de una paridad que no fija un límite a la presencia de mujeres y que reconoce la representación de personas trans y no binarias en todos los espacios de decisión. “Es la gran innovación y la que tiene a constitucionalistas de todo el mundo con los ojos puestos en Chile”, dice Tania Busch, académica de la Universidad Andrés Bello y directora de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional.
La propuesta constitucional, además, reconoce el trabajo doméstico y contempla la creación de un sistema nacional de cuidados; garantiza los derechos sexuales y reproductivos –incluido el aborto, cuya aprobación fue rechazada en noviembre de 2021 por el Congreso–e incorpora la perspectiva de género de forma transversal e interseccional. “La vida de las mujeres es visible en el entramado normativo global y empapa todas las discusiones que ponen en el centro la vida”, dice Carrillo.
En el catálogo de derechos, también se consagran, entre otros, la educación sexual integral, la vida libre de violencia de género, el derecho a la identidad “en todas sus dimensiones y manifestaciones, incluyendo las características sexuales, identidades y expresiones de género, nombre y orientaciones sexoafectivas”, el reconocimiento de las familias “en sus diversas formas, expresiones y modos de vida” y la justicia con perspectiva de género. De aprobarse el nuevo redactado, Chile podría tener una de las constituciones más feministas del mundo.
Uno a uno, las animadoras del evento celebrado el sábado repasaron los artículos que representan avances en los derechos de las mujeres y la diversidad sexual y llamaron a la participación. “Somos nosotras, con nuestra fuerza decidida, quienes vamos a enterrar la Constitución de Pinochet”, dijo una de las integrantes de la Coordinadora 8M. Las más de 4.000 asistentes, según la organización, entonaron lemas como “libre y convencida, 'apruebo' de salida” y “aprobar, aprobar, otra forma de luchar”, mientras artistas, humoristas y activistas desfilaron por el escenario.
La convocatoria reunió a personas de todas las edades que convirtieron la cita en una fiesta a favor del cambio constitucional. “Las mujeres somos las que llevamos la fuerza por el ‘apruebo’ porque dentro de la nueva Constitución estamos muy favorecidas”, dijo Aurora Lizama, de 71 años, que acudió al teatro con sus amigas.
Además de mujeres mapuche, también asistieron autoridades municipales, parlamentarias, integrantes de la Convención Constitucional que ha redactado el nuevo texto, y activistas medioambientales, de la diversidad sexual, del mundo rural y migrantes. “Es muy lindo ver tanta gente unida por el ‘apruebo’, no solo del movimiento feminista, sino también disidencias que representan gente como yo, luchando para construir un mundo mejor para 'todes' a través de la nueva Constitución”, dijo Sam, de 22 años.
El feminismo chileno marcó el 27 de agosto como un nuevo hito para recordar en su calendario. Llenó el Teatro Caupolicán como lo hizo el 29 de diciembre de 1983, cuando miles de mujeres se congregaron en este mismo lugar para exigir el fin de la dictadura. “El Caupolicán del 83 fue para luchar contra la dictadura y el de hoy es para erradicar una de las herencias mas estructurales de la dictadura, que es la actual Constitución”, dijo Cynthia Shuffer. “Hoy, tantos años mas tarde, nos volvemos a reunir para denunciar la cantidad de abusos e injusticias contra las que luchamos. La fuerza de este Caupolicán nos confirma que vamos a ganar”, añadió por su parte Vicky Quevedo, una de las feministas históricas que estuvo presente en 1983.
El recuerdo para todas aquellas que antecedieron y para las víctimas de femicidios y de la violencia machista estuvo presente a lo largo de todo el acto, que culminó en un punto álgido. La antropóloga y activista feminista argentina, Rita Segato apareció en el escenario para destacar la importancia del proceso chileno dentro de América Latina y el mundo. “Chile nos representa. Las mujeres chilenas abren el camino y son la 'sujeta' universal que habla de lo que puede salvar a la humanidad –a toda ella– en este momento tan apocalíptico de la historia”. “Mucha gente está mirando lo qué pasa en Chile, tenemos la posibilidad de derrocar la Constitución de Pinochet”, dijo la cantante de hip hop Ana Tijoux, encargada de cerrar el evento.