Una Navidad saludable: ¿cómo disfrutar la comida sin caer en excesos?
La CCSS y el Colegio de Profesionales en nutrición dan sus pautas para tomar en cuenta en la época de tamales, rompope, pierna de cerdo y queque navideño.
El desfile de tamales, pierna de cerdo, rompope, queque navideño, licor y repostería comenzó a pasar incluso antes de que llegara el mes. Consumir todas estas delicias es posible pero si se cuidan los excesos. ¿Cómo disfrutar de esas cosas y a la vez tener una Navidad saludable?
Profesionales en Medicina y en Nutrición de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y del Colegio de Profesionales en Nutrición brindan sus recomendaciones para disfrutar de la comida sin sufrir consecuencias van más allá de un par de kilos de más.
La tentación ocurre todos los años, pero este con una circunstancia más: hay menos restricciones para reunirnos, luego de dos navidades en pandemia. De esta forma, los ánimos son mayores y también actividades sociales repletas de comidas.
Jéssica Ramírez, médica de la CCSS, aseguró que un factor clave no es tanto lo que se come, sino el tamaño de la porción.
“No debemos eliminar alimentos por completo, pero tampoco abusar. El tamaño es clave. Los alimentos más saludables nos permiten porciones más grandes, pero los más tradicionales de esta época son menos saludables y debemos hacer porciones más pequeñas”, explicó durante una transmisión en vivo por Facebook.
Cinthya Rodríguez, vocera del Colegio Profesionales en Nutrición, es de la misma idea; recordó que, por ejemplo, un tamal (y no una piña) es equivalente a un almuerzo o cena.
“Es como un plato de comida completo con arroz, frijoles, ensalada y carne. Por eso lo mejor es consumirlos en uno de los tiempos grandes de comida y no para el café de la tarde”, aseveró.
Otra solución es preparar nuestros propios tamales de forma más saludable, utilizando grasas vegetales en lugar de manteca de cerdo, poniéndoles más verduras y usando pollo en lugar de cerdo. Y haciendo cada tamal más pequeño.
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Cuidado con el licor
Las bebidas alcohólicas deben consumirse con cuidado, estas también constituyen “calorías vacías” que no nos nutren, pero sí suman a la lista para subir de peso o aumentar problemas de salud. Por supuesto, también está el riesgo de accidentes de tránsito si se conduce bajo sus efectos.
Rodríguez mencionó la cantidad de calorías en las principales bebidas de esta época.
- Una cerveza: según su contenido de alcohol, puede aportar de 170 a 350 kcal en 100 ml.
- Vino tinto, una copa: aproximadamente 178 kcal
- Whisky 250 kcal en 100ml
- Piña Colada enlatada 237 kcal en 100 ml
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¿Y los postres?
En cuanto a postres, Rodríguez citó los más consumidos en fin de año, basados en una porción de 100 gramos. Estos platillos por lo general son altos en azúcar y grasa.
- Pie de limón: 268 kcal
- Cheesecake: 321 kcal
- Helado 216 kcal
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No se salte tiempos de comida
Ante esta situación, hay quienes se saltan tiempos de comida para llegar “más livianos” a la actividad y comer, según ellos, con menos remordimiento. Pero eso no funciona así.
Ramírez explicó que esto puede ser muy riesgoso, especialmente para personas con enfermedades crónicas, como la diabetes. Dejar de comer por varias horas puede significar que se descompensen. Entretanto, a los que no sufren problemas crónicos esto podría llevarlos a comer más de la cuenta, porque llegarán con más hambre, durarán más tiempo en saciarse y esto llevaría a más malestares.
“El cuerpo humano debe recibir comida cada cierto tiempo, de lo contrario, cuando comemos, nuestro sistema digestivo va a recibir muchos mensajes ‘de golpe’ y esto nos puede indigestar”, señaló la especialista.
¿Cuál es la “receta”? Comer durante el día con la misma frecuencia de siempre, pero en porciones más pequeñas y evitando los platillos más grasosos o más dulces, para así poder “dejar campo” para lo que comeremos en la cena.
‘En enero me repongo’ no funciona
Una de las frases más típicas en esta época es “voy a comer con menos restricciones ahora y en enero me repongo”. Sin embargo, para Ramírez, esta frase es engañosa y puede ser contraproducente.
Por un lado, cuando nos damos cuenta, en diciembre pudimos haber aumentado incluso de tres a cinco kilos, por otro, no es tan fácil bajar como subir de peso. Además, esa promesa de que “nos pondremos las pilas haciendo ejercicios” no siempre se cumple.
“Es ponernos la soga al cuello”, concluyó Ramírez.
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