Altea reestrena su playa original perdida hace décadas y donde antaño los toros remolcaban barcos
Altea estrena la Playa del Bol , que perdió hace décadas por un aparcamiento y ahora ha recuperado y ampliado . El nombre le viene de un topónimo usado desde el siglo XVIII para referirse a esta zona costera, y fue elegido tras una consulta popular en la que participaron más de 2.000 personas. En aquella época, registraba una intensa actividad pesquera y era habitual ver a toros remolcando a los barcos veleros. Ahora, se abrirá al público en unos meses con un nuevo paseo de la fachada marítima. Ya se han inaugurado las obras de la segunda fase de la remodelación del Frente Litoral, aunque fueron abiertas al público hace unos días para que vecinos y visitantes aprovecharan para conocerlo en el puente de diciembre. En su libro « Paseando por las Alteas », Miguel del Rey define este espacio como «la playa por autonomasia» de este municipio alicantino ribereño del Mediterráneo. «Los toros , por parejas unidos por un yugo , sacaban las barcas a la playa. Sus piedras fueron, además de lugar de extensión y remiendo de redes, espacio de carga y descarga de antiguos veleros fondeados frente a estas playas, de aquellos que se cargaban con los botes que desde la playa trasportaban la mercancía ya en el siglo XVIII y anteriormente», narra en su obra. «Fue la playa popular donde pequeños y mayores se solazaban, hacían carreras por las piedras, se hundían y sumergían hasta que las madres o cuidadoras lanzaban piedras a la chiquillería para controlar la situación y su ubicación en lugar seguro», añade Miguel del Rey, en un pasaje reproducido en varios blogs en internet dedicados a las riquezas naturales en la Comunidad Valenciana. «En ella se hacían las fiestas populares de la Virgen del Carmen, de San Pedro, las cucañas marineras , la suelta de patos . Era el lugar festivo y lúdico por las mañanas. En invierno se utilizaba en ocasiones para remendar redes o tender la ropa y blanquearla bajo un sol inclemente», señala el escrito. «Objetivo ambicioso» El alcalde de Altea, Jaume Llinares , ha destacado que «ha sido un objetivo ambicioso y trascendental para el pueblo, que se ha visto afectado por muchas situaciones ajenas como la guerra y el incremento de precios». También ha puesto de relieve que la playa original se ha mejorado y aumentado, en «un espacio natural y ambiental único». Se ha actuado sobre más de 10.000 metros cuadrados para recuperar el valor ecológico y paisajístico de la zona, por parte del Ayuntamiento y el Ministerio para la Transición Ecológica, con un presupuesto de cuatro millones de euros. El frente litoral gana así para los vecinos y turistas unos 800 metros de costa, ha precisado Rosa de los Ríos , jefa del Servicio Provincial de Costas. Visita institucional a las obras en la inauguración del nuevo espacio del litoral. ABC Este paseo está especialmente diseñado para el disfrute de todas las edades y dispone de diferentes servicios para ellos. Cuenta con lugares para andar, pero también múltiples zonas de descanso o para sentarse a conversar. Para los niños se ha instalado un gran parque infantil con toboganes o columpios instalados sobre un suelo de caucho que garantiza su seguridad, según fuentes municipales. Para los más mayores se han instalado aparatos de gimnasia activa y los amantes de los animales tienen un parque para perros integrado, perfectamente delimitado y cerrado. Queda también un espacio diáfano, especialmente diseñado para la celebración de eventos culturales, conciertos, festivos al aire libre. La delegada el Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé , ha valorado que Altea consiga hacer realidad «una reivindicación histórica» y la directora general de la Costa y el Mar, Ana Oroño quien ha celebrado el «diálogo entre las administraciones» para llevar adelante el proyecto.