El Parlament aprobará el inicio de la independencia de Cataluña y el TC lo anulará y suspenderá a Forcadell
En medio de una gran confusión política y procesal este lunes 9 de noviembre está previsto en el Parlamento catalán el debate y la aprobación de la moción secesionista presentada por el grupo ‘Juntos Por el Sí’ (CDC y ERC) y la CUP en la que se anuncia el "inicio del proceso de creación del estado catalán independiente en forma de república". Y también se anuncia la desobediencia al Tribunal Constitucional.
La moción será previsiblemente aprobada por los diputados de estos tres partidos puede que en votación secreta –lo que sería una cobardía de los secesionistas- para evitar represalias judiciales de los que voten a favor, y no se descarta que a ella se sumen algún diputado del grupo ‘Catalunya si que es pot’ donde milita Podemos.
Quizás lo del voto secreto es lo que provocó la cara de furia y el mal genio que exhibió la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría cuando anunció el viernes que: al minuto siguiente de aprobarse la moción se pondrá en marcha toda’ la maquinaria’ del Estado –hemos pasado de los ‘mecanismos’ de Rajoy a la ‘maquinaria’ de Soraya-, para defender la legalidad.
Lo que supone para empezar un recurso de urgencia del Gobierno al Tribunal Constitucional que ya tiene estudiada la moción secesionista, una vez que PP, PSC y C’S la presentaron cuando intentaban suspender el pleno del lunes, a lo que no accedió el TC.
De manera que el alto Tribunal por unanimidad y en cuestión de horas anulará la declaración secesionista y obligará su inmediata retirada a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. Y, si es desobedecido tal y como parece entonces, el TC abrirá el capítulo de las sanciones y tras interpelar a Forcadell le impondrá una multa (de 30.000 euros) y la suspenderá de sus funciones si insiste en la desobediencia. Al tiempo que se le abrirá una causa penal, que puede incluso llegar al delito de Sedición si su desafío al Estado y la legalidad se ve acompañado de manifestaciones callejeras en su favor.
Así parece que discurrirán las cosas, pero no está claro del todo, como tampoco está claro que pasará con la responsabilidad de los diputados que voten a favor de la moción inconstitucional, si lo hacen escondidos en el anonimato del voto secreto.
O que posible responsabilidad puede tener Artur Mas, presidente en funciones y su gobierno, en espera que avance, o no, el debate de la investidura. El que podría verse alterado si finalmente si la presidenta del Parlament es suspendida de sus funciones. Como también podría verse acelerado si ese mismo lunes por la tarde-noche tiene lugar el debate de investidura y una primera votación y Mas sale elegido con la abstención de la CUP y puede que de dos diputados mas del grupo de ‘Catalunya si que es pot’, donde se incluye Podemos, lo que ahora nadie descarta y daría un vuelco a toda la situación.
A una situación que es bastante confusa en si misma y donde nadie sabe de verdad lo que puede ocurrir. Ni los secesionistas ni tampoco los españolistas, donde la idea de la votación secreta los deja un tanto desconcertados. De ahí que el TC solo actúe en contra de Forcadell, aunque también podría hacerlo contra los firmantes de la moción entre los que no figuran ni Junqueras ni Mas.
Tampoco se sabe ahora que pasará con la investidura de Mas y si Cataluña, en medio de esta revuelta, se queda sin la presidenta del Parlament por suspensión y con un presidente de la Generalitat solo en funciones. Aunque en lo que se refiere al presidente Mas, que sueña con liderar el martirologio al que ahora se entrega Forcadell, habrá que ver que ocurre en el seno de Convergencia en caso que Mas no logre los votos o las abstenciones necesarias para ser investido. Porque sobre la mesa de CDC está una oferta de CUP para apoyar en lugar de a Mas a su consejera Neus Munté.
Habrá pues que esperar a ver que ocurre en el Parlamento catalán y si ‘la maquinaria’ del Estado de la que habla la vicepresidenta Soraya incluye otras medidas políticas y jurídicas, además del recurso al TC, como la vía del Código Penal o el artículo 155 de las Constitución.
Porque también puede ocurrir que todo esto acabe en ópera bufa, o al menos comience como tal dando por bueno el título shakesperiano de ‘mucho ruido y pocas nueces’. No obstante y en lo relativo al anunciado choque de trenes entre el Estado y el secesionismo catalán todo apunta a que las máquinas de una y otra parte ya están en marcha y que en cuestión de horas el pretendido ‘Golpe de Estado Constitucional’ va a comenzar y será seguido de la inmediata respuesta del Estado a través del Tribunal Constitucional.
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