'La profesora': una comedia desaprovechada

Crítica de Teatro 'La profesora' Texto Eduardo Galán Dirección Carla Nyman Espacio escénico, atrezzo y vestuario Mónica Teijeiro Iluminación José Manuel Guerra Música original y espacio sonoro Julio Awad Intérpretes Isabel Ordaz y Marcial Álvarez Lugar Teatro Bellas Artes, Madrid 3 Digámoslo desde el principio: ' La profesora ' es una comedia dramática, narrativamente ágil, que se sostiene fundamentalmente en el trabajo interpretativo que llevan a cabo Marcial Álvarez e Isabel Ordaz . Son ellos los que hacen que un texto que no quiere elevarse más allá de tópicas situaciones se mantenga en pie. La obra no deja de poner el dedo en la llaga, incluso de ser divertida, pero no profundiza en los dos temas que propone: la educación y la soledad. De ambos ve sus aristas, señala sus complejidades pero prefiere construir un relato blando que halague al espectador. Nos hubiera gustado conocer algo más a Ortiz, ese pescadero abandonado por su mujer que se siente perdido en el laberinto mental de su hija Daniela, en su rebeldía adolescente y en la búsqueda que ésta lleva a cabo de su identidad de género. Como nos hubiera gustado saber más de la profesora América Alcalá, tutora de Daniela, de ese vacío vital suyo que trata de mitigar con el ejercicio de la docencia y un poquito de alcohol. Si como dijo Rilke el amor es la historia de dos soledades que se protegen, La profesora va siendo ganada, como era previsible, por el sentimentalismo y el enredo, con sus rechazos iniciales, sus choques culturales y sociales y la necesidad de una compañía que se levante por encima de un presente tan desalentador. Noticia Relacionada estandar No Isabel Ordaz: «Los héroes son cuatro, pero las personas comunes y corrientes son millones, y sufren» Julio Bravo La actriz interpreta, junto a Marcial Álvarez, la obra de Eduardo Galán 'La profesora' en el Teatro Bellas Artes Ese movimiento interno de la obra, ese desarrollo que de alguna manera significa un borrado de las caracterizaciones iniciales, se ve sobre todo en la evolución del habla del pescadero Ortiz, desde sus vulgarismos del principio hasta el habla de la última escena, pero se ve también en ese comportamiento rígido y demasiado normativo de la tutora, América Alcalá, que poco a poco va siendo ganado por la ternura, por un grado de implicación en el otro que le lleva a cometer actos por los que será expedientada. Aquí están la relación siempre al límite de los padres con los hijos, la fractura de la pareja, y sobre todo el deseo de recomenzar de nuevo, de que vivir es darle una oportunidad a la esperanza. Tanto Marcial Álvarez como Isabel Ordaz poseen los recursos suficientes para hacerlos creíbles.