Jesús Pérez, jefe de sala de Botafumeiro, había destacado en los últimos tiempos por sus aparatosas apariciones en Instagram, con un mezcla de manual de autoayuda y exhibicionismo como de algo que llevara escondido muy adentro. Sus fotos y vídeos incomodaban a los clientes que se veían involucrados y a los que los veíamos vagando por la red. Esta pasión por figurar, por aleccionar, por presumir a cualquier precio aunque la mayor parte de las veces sin saber exactamente de qué, es al principio divertida cuando te asomas a una cierta popularidad y aparentemente fácil de gestionar en las redes sociales. Pero acaba siendo casi siempre causa de perturbación y ansiedad, de desasosiego y desorganización vital, y en la absurda...
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