Cómo deshacerse del mal olor de los zapatos con estos ingredientes caseros
A pesar de soportar el peso de nuestro cuerpo, de estar expuestos a temperaturas extremas, de sufrir de falta de transpiración, así como la constante presión del calzado, los pies son una de las zonas que más solemos descuidar. Esta despreocupación, junto a otros factores, provoca que hasta el 20% de la población sufra “bromhidrosis”, una afección más comúnmente conocida como “mal olor de pies”.
Es importante resaltar que, aunque la bromhidrosis no es una
condición grave para la salud, puede tener graves repercusiones en la
autoestima y en las relaciones sociales y emocionales de los afectados. En la
mayoría de los casos, no hay ningún problema médico de trasfondo y para
solucionarlo basta con mantener una buena rutina de limpieza. Lo que debería
ser suficiente para evitar el mal olor producido por la acción de las bacterias
que descomponen el sudor. Sin embargo, también existen algunos remedios caseros
que pueden ayudar a aliviar el problema:
Dile adiós al olor de pies
Uno de los remedios caseros más efectivos para acabar con el olor de pies es sumergirlos en un barreño con vinagre de manzana. Basta con llenar un barreño de un tamaño suficiente como para introducir los pies en su interior con agua caliente y añadir cinco cucharadas soperas de vinagre de manzana. Después, se introducen los pies durante 10 minutos aproximadamente, se aclaran y se secan de nuevo. El efecto se notará de inmediato.
Además, el jengibre, un producto muy polivalente, también
puede ayudar a tratar el mal olor de pies. Para su preparación, se ralla el
bulbo de jengibre y se introduce en una cazuela con agua. Se pone al fuego y se
deja hervir durante 15 minutos, más o menos. Luego, se echa este líquido en el
barreño, se introducen los pies durante unos minutos y se masajean antes de
limpiarlos y secarlos.
Por último, el té negro, una variedad de té que realmente
consigue eliminar las bacterias causantes del mal olor. Para este remedio
casero, basta con dejar reposar un sobre de té negro en un litro de agua
hirviendo y luego dejar los pies en remojo en esta solución (una vez esté fría)
durante al menos 20 minutos.
En la mayoría de los casos, estos remedios caseros son
solución suficiente para acabar con el mal olor de pies. Sin embargo, hay
algunas excepciones: El mal olor también puede agravarse debido a algún
trastorno metabólico, al consumo de ciertos alimentos y medicamentos, o a
hábitos dañinos, como el tabaco, por ejemplo.
En estas situaciones, podría llegar a ser necesario tomar
medidas más drásticas, como la administración de antibióticos o antifúngicos,
la aplicación de tratamientos secantes en polvo o aerosol, la eliminación de la
dieta de algunos alimentos o dejar de fumar. Pero, ¿qué ocurre con los zapatos?
Que nos libremos del mal olor de los pies no significa necesariamente que nos
hayamos librado del mal olor de los zapatos:
Zapatos frescos y sin olor
La primera recomendación para que el mal olor de los pies no se traslade a los zapatos es utilizar calcetines de tejidos que repelan la humedad, como la lana o el algodón; evitar el uso de zapatos demasiado apretados o que estén fabricados con materiales sintéticos y optar por el cuero, el lienzo o la malla que permiten que los pies respiren, cambiar los calcetines todos los días (con mayor frecuencia si los pies sudan mucho, como al practicar deporte) y airear los zapatos y las plantillas después de utilizarlos, para evitar así la proliferación de bacterias.
No obstante, a pesar de seguir todos estos consejos, algunos
zapatos seguirán oliendo mal. En estas situaciones, existe un método simple
pero efectivo que puede ayudarnos a eliminar estos olores de un día para otro.
Lo mejor de todo es que sólo se necesitan dos ingredientes que todos tenemos en
los armarios de la cocina: sal y almidón de maíz.
El truco consiste simplemente en mezclar ambos productos, lo
que da como resultado una combinación que impide la aparición de la humedad y
el moho en nuestro calzado. En cuanto a las proporciones, lo recomendable es
una parte de sal por una parte de almidón. Con una cucharada de ambas suele ser
más que suficiente.
Una vez tengas lista la mezcla, viértela sobre dos pañuelos
y ciérralos con una goma elástica. Después, introduce cada una de las bolsitas
hasta la puntera de los zapatos. Puede sonar increíble, pero en sólo dos horas,
el olor habrá desaparecido por completo. Algunas personas prefieren añadir
también unas gotitas de aceite de árbol de té. Aunque añadir un aroma como este
puede ser muy aconsejable, este paso es opcional ya que no ayudará a eliminar
el olor, pero sí que le dará un “toque” bastante agradable a los zapatos.