Del Xavi futbolista al Xavi entrenador dista un buen trecho. Al del ayer se le recuerda como talento puro en el centro del campo, aclamado por aficionados de cualquier equipo, ídolo de la imbatible selección española y modelo de compañerismo que recibió junto a Casillas el Premio Príncipe de Asturias. Al de hoy en día, técnico del Barcelona, se le ubica más por las quejas y la variedad de sus excusas que por sus títulos. Ya sólo parece contar con el beneplácito de los hinchas culés. Al resto los ha perdido. Noticias Relacionadas opinion Si De cara Ese portugués qué oportuno es José Miguélez estandar No Atlético 0 - Barcelona 3 El Barça destruye al Atlético Salvador Sostres Su carácter en el banquillo se ha ido avinagrando hasta convertirlo en uno de los entrenadores que más protestan las decisiones arbitrales. Al contrario de lo que le ocurría como jugador, hoy difícilmente le pasan una. El egarense fue expulsado el pasado domingo en el Metropolitano durante la primera mitad del Atlético-Barcelona . Dos protestas airadas le costaron dos amarillas casi consecutivas que lo enviaron al vestuario antes de tiempo. Según el acta, Xavi realizó «observaciones de carácter técnico», «a voz en grito» y «con gestos de desconsideración tras haber sido advertido previamente». El árbitro Sánchez Martínez atendió a la reclamación del cuarto árbitro, que fue quien solicitó la expulsión. «Sácasela, sácasela, segunda y a la calle», se le escuchó decir a Campos Salinas, según se pudo ver en las imágenes de Movistar+. «¿Qué te he dicho? ¿Qué te he dicho?», reclamó Xavi al cuarto árbitro antes de enfilar el túnel entre los insultos de la afición del Atlético. Después, justificó su conducta: «No he dicho nada, intento ser pasional. Lo vivo, me enfado, quiero que gane mi equipo. Era innecesaria e injusta la expulsión, pero hay que aceptarla». «Así me ha ido bien y es difícil cambiar», admitía en octubre del año pasado en Oporto, después de otra amonestación. Xavi suma 2 rojas y 17 amarillas en sus 132 encuentros en el banquillo azulgrana. Las dos expulsiones son de esta temporada. La primera fue en Getafe, en la jornada inaugural, después de que Soto Grado anulase un penalti previamente señalado sobre Gavi. Xavi salió de la zona técnica con los brazos en alto y protestando de manera ostensible. Tras recibir la roja, aún tuvo que ser advertido por el colegiado para que no permaneciese en la boca del túnel y abandonase el terreno de juego. Contrastan esos números con los que acumuló durante su etapa de futbolista. En sus casi 800 partidos con el Barcelona fue expulsado las mismas veces que suma ya como entrenador: dos. Además, recibió 53 amarillas, a una media de una tarjeta cada 14 partidos. Hoy recibe una cartulina en la mitad de tiempo. Presumiblemente, el Comité de Competición sancionará a Xavi con dos partidos, por lo que no podrá sentarse en el banquillo ni en el partido ante Las Palmas en Montjuïc ni ante el Cádiz. De ser así, regresaría para ver desde abajo el clásico en el Bernabéu ante el Real Madrid del 21 de abril. El mal genio en el banquillo de Xavi, incluso sus enfrentamientos con un sector de la prensa, no afecta a la buena racha que acumula el Barcelona, invicto desde el pasado 27 de enero. Ese día el Barça perdió 3-5 ante el Villarreal y el técnico se hizo viral por dirigirse de forma airada a una cámara de televisión criticando una decisión del VAR («¡es una vergüenza!») antes de anunciar que dejaría el banquillo de los azulgranas el próximo 30 de junio. Desde entonces son diez partidos sin derrota (siete victorias y tres empates). Atendiendo a las palabras que repite semana tras semana -también lo hizo en el Metropolitano- es justo la reacción que esperaba al anunciar su dimisión en diferido. El Barcelona ya está en los cuartos de final de la Champions y se ha convertido en el principal perseguidor del Madrid en la Liga. Está a ocho puntos. El despegue de varios de sus jugadores en estos dos meses ha sido evidente. También la mejora defensiva. El Barça lleva cuatro partidos sin recibir un solo gol. Y ya son doce en el total liguero.