Sin corona, pero reyes
Después de tener un torneo rayano con lo excelente, derrotar a rivales superiores e incluirse en una final en la que pocos apostaban por su presencia antes del inicio del certamen, claramente que, una vez ahí, la meta no fuera otra que ganar el título. En más de una ocasión he escuchado que el ser humano es inconforme por naturaleza y el plantel cubano, tras conseguir su objetivo fundamental de clasificar a la Copa del Mundo, hizo algo que todos les aplaudimos: continuaron alimentando su ambición y, literalmente, lucharon por el primer lugar hasta el último segundo del partido sabatino.
Esa sed de cosas grandes y de agregar un capítulo desconocido a la historia del futsal antillano —algo que no se pudo concretar, tristemente—, condujo a la formación de Cuba hasta la discusión por la corona del Campeonato de Concacaf, concluido este fin de semana en Managua, Nicaragua, con un trascendental triunfo de Panamá, campeón
por primera vez de esta justa. Los monarcas derrotaron a su oponente con pizarra de 3-4 y así se desquitaron del revés en la fase de grupos, cinco días atrás, por 3-2.
Las huestes del técnico avileño Osmel Valdivia, que asumieron el choque por la medalla de oro sin su principal artillero, el habanero Jonathan Hernández — debido a acumulación de tarjetas—, entre los varios resultados meritorios que lograron, está haber llegado hasta la final de forma invicta. Por este orden, en el Polideportivo Alexis Argüello empataron con Canadá (5-5) y Nicaragua (2-2) y vencieron a Panamá (3-2), a
República Dominicana en cuartos de final (2-1) y en semis a Costa Rica (3-3, 7-6 en penales).
Luego de doblegar al colectivo dominicano y asegurar uno de los cuatro cupos para la justa del orbe en Uzbekistán —entre septiembre y octubre de este año—, los insulares rindieron a la selección tica, entre las grandes candidatas para ocupar el centro del podio. Este sorpresivo éxito representó el
primero para nuestro país ante los costarricenses en los anales del evento, pues los cinco enfrentamientos anteriores pertenecieron a los ticos (Guatemala 1996, 6-4; Costa Rica 2000, 4-2 y 2-0; Guatemala 2012, 2-1 y Costa Rica 2016, 6-0).
La inclusión de Cuba en la final y su posterior medalla de plata dejó muy buenas sensaciones, entre algunas razones porque un equipo joven cambió la pésima imagen mostrada en la edición precedente, en 2021, en Guatemala, donde la Mayor de las Antillas se despidió sin una sonrisa en la fase de grupos, tras caer ante Nicaragua, El Salvador y Estados Unidos y anotar solo cuatro goles.
Por nuestro país, que archiva cinco subtítulos en Campeonatos de Concacaf (1996, 2000, 2004, 2008 y 2024), el líder goleador fue Jonathan Hernández, con cinco, seguido por los también habaneros Iduán Martínez (cuatro), Jorge Luis González (dos), José Harold Morales (dos), Dayán Cotilla (uno), Diego Ramírez (uno), el avileño Bárbaro Álvarez (uno) y el camagüeyano Harold Aguilera (uno).
El portero de Ciego de Ávila, Kevin Rueda, determinante en esta destacadísima actuación, fue elegido Jugador Revelación del torneo.