Crisis en Ucrania: Temor permanente en las centrales eléctricas por bombardeos rusos
Kiev. En una central eléctrica ucraniana, los relojes quedaron detenidos en el preciso instante en que los misiles rusos comenzaron a caer. Los trabajadores, quienes viven con un temor constante a los bombardeos, continúan removiendo escombros carbonizados.
Oleksander, el director de producción de esta central cuya ubicación no es revelada por temor a nuevos ataques, no es ajeno a los bombardeos rusos. Sin embargo, esta vez, los daños fueron significativamente mayores.
“La situación es mucho peor”, afirma el hombre de 51 años a la esta agencia, la cual pudo visitar la central.
En las últimas semanas, Rusia llevó a cabo múltiples oleadas de bombardeos devastadores contra la red eléctrica ucraniana, en represalia por los ataques a sus refinerías.
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Al menos 12 de las 15 centrales térmicas ucranianas sufrieron daños, obligando a las autoridades a implementar restricciones al consumo y a importar electricidad de la Unión Europea.
Estos ataques también incrementan la presión sobre las centrales nucleares ucranianas, las cuales generaban aproximadamente la mitad de la energía eléctrica del país antes de la invasión rusa de 2022.
La central nuclear más grande del país, Zaporiyia, ubicada en el sur, se encuentra ocupada por las fuerzas rusas, y sus seis reactores están fuera de operación.
Sobrecargadas
Los ataques rusos buscan deshabilitar las centrales térmicas e hidroeléctricas, explica Oleksander.
“Es posible que las centrales nucleares no puedan hacer frente a esta sobrecarga. Las consecuencias serían muy graves”, estima.
Esta campaña de bombardeos no es nueva. Rusia ya atacó la red eléctrica ucraniana durante el invierno de 2022, dejando a millones de personas sin electricidad ni calefacción.
Este año, sin embargo, los ataques están causando daños más difíciles de reparar debido a que Rusia emplea armamento más sofisticado, según el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galushchenko.
El ataque dejó un agujero en el techo, dañó las paredes y desactivó sistemas de comunicación vitales. También se desencadenaron varios incendios.
La mayoría de los empleados lograron refugiarse, mientras que los trabajadores esenciales permanecieron en sus puestos en las zonas más seguras de la fábrica, protegidos tras sacos de arena.
“Gracias a Dios no hubo víctimas mortales ni heridos”, concluye Oleksander.
‘Necesitamos defensas antiaéreas’
El presidente Volodimir Zelenski estima que Ucrania necesita al menos otros siete sistemas antiaéreos Patriot para proteger sus ciudades e infraestructuras críticas.
La semana pasada, reconoció que Rusia pudo atacar una central eléctrica importante cerca de la región de Kiev debido a que los defensores ucranianos se quedaron sin misiles.
“Por encima de todo, necesitamos defensas antiaéreas”, confirma Oleksander, quien expresa sentir un “sentimiento de frustración” por la falta de protección de su central. “Todos los que trabajamos aquí sabemos que un ataque similar podría repetirse”, afirma.
Yuri, de 47 años, jefe de equipo en la sala de turbinas, rememora el momento del ataque, que tampoco fue su primero. “Llevé a la gente a un lugar seguro, hubo varias explosiones en el camino”, relata. “No sabíamos dónde caerían los siguientes misiles”.
Cuando los periodistas de esta agencia salían de la fábrica, comenzó a sonar una sirena antiaérea, instando a los empleados a dirigirse hacia los refugios.