El Nadal que espera a Zverev: «En la Chatrier, Rafa se hace más grande y los rivales, más pequeños»
A las once y media de la mañana, el coqueto club de tenis Jean Bouin, frente al recinto de Roland Garros, pero alejado y protegido del ajetreo, se ve sorprendido por unos golpes secos como una tormenta de granizo. En realidad hay sol a esas horas en París y cuando se observa el origen de los sonidos se descubre que es un Rafael Nadal a pleno rendimiento. Como cada día en este Roland Garros 2024, pelea contra sí mismo en sesiones dobles; la de este domingo, hasta las 13.30. Tiene hoy (sobre las 15.30 horas, Eurosport) un comienzo que podría asustar a cualquiera: un Alexander Zverev al alza y que ya le exigió de lo lindo la última vez que se enfrentaron en la semifinal de 2022. Pero se juega en la Philippe Chatrier y da igual cómo llegue el balear, o que haya pasado 722 días sin pisarla. Aquí Nadal siempre es más Nadal y quien se asusta es el otro. Igual que Clark Kent se convierte en Supermán en la cabina telefónica, lo hace Nadal en esta pista, donde ha ofrecido siempre lo mejor de él. Así enamoró a París y París se lo devuelve estos días: lo protegen como suyo, lo miman y lo animan en cada paso que da. Por si fuera el último. Y eso, para todo el que se ponga al otro lado de la red, impone. Lo dicen los números: 112 victorias, solo tres derrotas, catorce títulos, cuatro ediciones sin perder un solo set. Y lo expresan de palabra campeones del ayer y del hoy. Así de claro habla Boris Becker , ganador de seis Grand Slams y ahora comentarista en Eurosport : «No tiene sentido, lo sé, no tiene lógica, pero algo pasa cuando Nadal juega en la Chatrier. Juega más fuerte. Parece otro jugador. Y el otro problema es que muchos jugadores juegan contra el nombre y no contra el tenista. Es normal porque cuando entran en la pista y escuchan al presentador 'Y aquí está Nadal, ganador de Roland Garros en 2005, 2006, 2007, 2008…, les hace sentirse más pequeños, y Rafa, por el contrario, se hace más grande. Nadie quiere jugar contra Nadal en la Philippe Chatrier». Lo confirmaron Alcaraz y Medvedev , felices y aliviados tras el sorteo que lo emparejó con Zverev y no con ellos. El alemán es consciente: «Espero de él lo mejor. Ha dominado este torneo muchísimos años. Y sé que va a ser el mejor Nadal posible». Noticias Relacionadas estandar No Tenis Alcaraz sacude los nervios, los miedos y a Wolf en su estreno en Roland Garros Laura Marta estandar No Tenis Zverev se enfrenta a un juicio por violencia de género cuatro días después de su partido contra Nadal Laura Marta Lo han sufrido los 74 tenistas que han claudicado ante este Nadal en París, ese binomio perfecto. Han sido 115 partidos, hasta el momento, y solo tres derrotas, protagonizadas por Robin Soderling en octavos de final de 2009 (6-2, 6-7 (2), 6-4 y 7-6 (2)) y Novak Djokovic en cuartos de 2015 (7-5, 6-3 y 6-1) y en semifinales de 2021 (3-6, 6-3, 7-6 (4) y 6-2). Incluso el serbio no tiene dudas de que Nadal, en París, siempre será el favorito. Llegue como llegue. El circuito trata de poner en palabras y sensaciones lo que significan esos números. «Es muy difícil jugar contra él. Tiene esa capacidad de darle un efecto a la bola que nadie más tiene y consigue esas bolas altas que nadie más consigue. No es fácil, sobre todo en tierra. Y, después, pelea cada pelota desde la primera. Imprime intensidad en cada punto. Sabes que vas a cansarte mucho, que va a ser muy difícil», confesaba el viernes Daniil Medvedev , que apunta otro dato: «No diré que es el que más, pero sí uno de los jugadores más trabajadores, también en la parte mental. Y eso a veces provoca que se olvide que tiene un grandísimo talento. Entrenamos hace unos días y realizó saques, voleas, dejadas, banana shots… Y nos reímos, 'bah, sí, no es talento, es solo trabajo'. Lo tiene todo». El ruso ya había sentenciado en Madrid: «No importa en qué estado físico esté Rafa, o cómo se sienta. Cuando sale a la pista, sobre todo en tierra, sientes miedo porque puede ganarte 80 partidos y perder solo uno». Y si se trata de Roland Garros todavía apura más: «Rafa es irreal. Sinceramente, no sé cómo es posible. Creo que soy un buen tenista, pero siempre hay un mal día, o el rival tiene un gran día. Rafa aquí no, excepto una vez que Robin Soderling tuvo el partido de su vida. Es increíble. Creo que en tenis, al menos de momento, no hay comparación». Jannik Sinner prefiere quedarse con el aprendizaje a pesar de la dificultad de la empresa después de sus tres derrotas: cuartos de final de Roland Garros 2020 (7-6 (4), 6-4 y 6-1), segunda ronda de Roma 2021 (7-5 y 6-4) y octavos de final de Roland Garros 2022 (7-5, 6-3 y 6-0): «Es muy difícil jugar contra él. Todo el mundo está de acuerdo. Para mí siempre ha sido muy bueno porque, sobre todo cuando era más joven, era una manera estupenda de ver por dónde tenía que mejorar. Nadal es, sin duda, la mayor inspiración que tenemos en el tenis, y no solo en el tenis, en el deporte en general. Me considero muy afortunado de estar aquí y poder verlo todavía en el vestuario, en el restaurante, o cuando se entrena. Esa pasión que tiene. Porque no solo es que puedas fijarte en cómo ser mejor jugador, sino en cómo mejorar física y mentalmente. Es increíble». Por eso, Becker recuerda: «Si me hubieras preguntado hace 16 años, que un chico de Mallorca ganaría Roland Garros catorce veces, hubiera dicho públicamente que era una locura y que no sabías nada de tenis. Pero Rafa lo ha hecho. Rafa y Roland Garros es la mayor historia de amor del deporte. Nadal entra en la Philippe Chatrier y algo cambia en él, y también en sus rivales. Con la lógica por delante, ha jugado tres torneos de tierra en un año y medio: Barcelona fue un buen inicio, en Madrid fue mejor, y Roma, un poco más decepcionante. Aquí la cuestión es si está listo. Si él no creyera en el fondo de su alma que no puede ganar Roland Garros, no habría venido. Por eso, nunca nunca nunca apuestes contra Rafa Nadal en Roland Garros». Este lunes debutan otros tres españoles en el Grand Slam parisino: Rebeka Masarova contra Marketa Vondrousova; Cristina Bucsa, contra Yuliia Starodubtseva; y Sara Sorribes, contra Bianca Andreescu.