La nueva política exterior requiere agarrar el toro por los cachos
“En política exterior no hay amigos sino intereses” (Lord Palmerson)
La temática internacional en las elecciones internas, no dan ni producen votos, pero si aliados internacionales y bastante que se necesitan en estos momentos, en los cuales nuestra imagen y opinión internacional, nos es del todo favorable, lo que no hay que olvidar, siendo el candidato de la oposición, un diplomático de trayectoria y experiencia comprobada, el mejor candidato en los últimos 25 años.
El reciente comunicado del Caricom-Cofcor), al concluir la 27ª Reunión del Consejo de Relaciones Exteriores y Comunitarias, en Roseau, Dominica el 23-24 de mayo, es parcializado desde todo punto de vista hacia Guyana y tendencioso contra Venezuela; siendo nuestro país: miembro observador de dicha comunidad; haber apoyado los movimientos de descolonización; haber sido el primero en instrumentar un programa de cooperación petrolera para el Caribe con las Facilidades Petroleras de Puerto Ordaz y luego con el Acuerdo de Energético de San José y no oponerse al ingreso de Guyana a la OEA.
Para no desviarnos del tema, si bien el comunicado de Cofcor, es condenable, al cuestionar e intervenir en nuestros asuntos internos por aprobar una ley en defensa del Esequibo e invocar los compromisos de Argyle para señalar a Venezuela como agresor, sin tomar nota que Guyana ha firmado cuatro acuerdos de cooperación militar con Estados Unidos, Francia, Canadá e Inglaterra.
Las razones de estos Acuerdos de cooperación y equipamiento militar express, las dio el presidente Irfaan a The Associated Press al afirmar que su país está tomando todas las medidas necesarias para protegerse de Venezuela”, añadiendo “Nos tomamos muy en serio esta amenaza, y hemos iniciado una serie de medidas de precaución para asegurar la paz y la seguridad de la región”. Las cínicas afirmaciones del presidente Irfaan pudieran ser la excusa para provocar un “falso positivo” y más grave aún: un ataque preventivo contra Venezuela.
Lo primero que resulta obvio es que Guyana en esta disputa juega por dos bandas. En la CIJ y en lo militar; aprovechándose de esta última, los perros de la guerra, instrumentando y monetizando los acuerdos de cooperación militar firmados con los aliados, según lo reconoce el Sr Irfaan. Uno de los principales asesores de exteriores del presidente Biden, Jon Finer, en una reciente visita a Guyana dijo que “ambos países estaban cooperando profundamente para asistir al gobierno guyanés en preservar sus fronteras”.
El comunicado de marras, cierra con una invitación a dirimir la reclamación del Esequibo en la Corte Internacional de Justicia y abre una puerta al Embajador González al acoger con satisfacción la presentación de la contramemoria a la Corte el pasado 8 de abril. El candidato embajador tiene la oportunidad de tomar «el toro por los cachos» pronunciarse al respecto, reconociendo la jurisdicción de la Corte. La reclamación del Esequibo no son solo los 159.000 km2, sino una cuestión de soberanía, seguridad nacional e integridad territorial. La comunidad internacional espera un cambio en la política exterior que se comprometa a reconstruir las relaciones políticas y económicas con nuestros socios naturales, Estados Unidos, la Unión Europea; de la prioridad a los derechos humanos como establece la Constitución y el Estado de derecho y la seguridad jurídica para atraer la inversión extranjera; y así marcar la gran diferencia con la actual política exterior.
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