La Unión Europea es, ahora mismo, un oasis de bienestar en el que lleva décadas gobernando un discurso socialdemócrata que traza la línea que separa el bien y el mal. Los países compatibilizan a la perfección sus intereses nacionales y los de la Unión, la industria está bien regulada y es pujante, la política energética nos ha hecho más fuertes, nuestra agricultura es un ejemplo de burocracia que imita el mundo entero, nadie duda de la solidaridad entre sus miembros y la inmigración musulmana está perfectamente integrada y comulga –perdón– con los principios de las democracias liberales, como la igualdad de todos los ciudadanos, incluidas las mujeres, claro está. La gobernanza de las instituciones es cercana al ciudadano y transparente,...
Ver Más