El plan B de Kicillof y el peronismo para sobrevivir a una derrota política en el Congreso
El triunfo político de Javier Milei con la sanción de sus megaleyes obliga a Kicillof, hoy su principal opositor, a recalcular su estrategia. La liga de gobernadores peronistas queda reducida tras los acuerdos de Casa Rosada con opositores dialoguistas
En el horizonte de Axel Kicillof hay tres fechas clave para después de la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal, dos leyes a las que infructuosamente combatió y que -modificaciones y acuerdos mediante- significarán una derrota política para él y un triunfo para Javier Milei.
La primera fecha en su agenda es este último viernes de junio, el día siguiente al debate en Diputados; la segunda el 1° de julio y la tercera será el 9 de julio, otro día en el que el Presidente podría tener una carta política fuerte cuando finalmente consiga su foto en Tucumán junto a la mayoría de los gobernadores, incluidos algunos peronistas y exaliados de Unión por la Patria.
Tanto es así que el propio Sergio Massa volvió a postergar su reaparición pública y la presentación de su libro que quedará para agosto.
El martes 25 en el Encuentro Federal por la Memoria, en la sede de la AMIA, Kicillof apenas pudo cruzar palabras con algunos de los representantes de otros 17 distritos que aceptaron la invitación y dieron una muestra de respaldo político a 30 años de la voladura de la mutual de la calle Pasteur. No pensaba dar un discurso pero habló, brevemente, y pidió sostener la Memoria, Verdad y Justicia.
Todos los gobernadores presentes hablaron, con discursos distintos pero con un denominador común como es la búsqueda del esclarecimiento del atentado que tuvo lugar el 18 de julio de 1994.
Mientras se acomodaban para las fotos, el bonaerense cruzó algunas palabras con uno de los gobernadores con los que más dialoga en los últimos tiempos, el pampeano Sergio Ziliotto que junto a Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa) y él mismo integran una miniliga de los más distantes de la Casa Rosada, un grupo cada vez más reducido.
Gobernadores de distinto signo y representantes de 18 provincias en la sede de la AMIA
Prácticamente no hay diálogo entre ellos y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ni tampoco con el viceministro del Interior, Lisandro Catalán, que en cambio reparten obras y fondos entre quienes aceptan el diálogo y acompañan las votaciones parlamentarias. En cambio ellos tres mantienen firme el reclamo por las partidas recortadas desde Nación y por las obras discontinuadas.
Diálogo con Juntos por el Cambio
Así como participó del evento en la AMIA el gobernador de Buenos Aires intenta sostener el diálogo con adversarios políticos, más allá de las diferencias con varios de los presentes. En la AMIA estuvieron todos los de Juntos por el Cambio excepto el de Chubut por estar en el exterior, varios provinciales y un par de peronistas que dialogan con Nación como son Osvaldo Jaldo, de Tucumán, y Raúl Jalil, de Catamarca.
En ese mapa a Kicillof se lo ve manteniendo un vínculo asiduo con el radical Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y con Ignacio Torres (PRO, Chubut). También conversa sin publicitarlo con Martín Llaryora de Hacemos por Córdoba, fuerza de origen peronista que no integra el PJ nacional. Frente a temas como la Ley Bases y el Pacto Fiscal quedaron en veredas distintas.
Tanto a Pullaro como a Torres el gobernador Kicillof los visitó en sus provincias. Después de varios de esos viajes y la firma de distintos convenios organizados para mostrar la apertura del bonaerense, esta vez decidió visitar a Sergio Ziliotto en la provincia de La Pampa con la que comparte frontera interna y postura política.
Axel Kicillof, Raúl Jalil, Leandro Zdero, Jorge Macri, Martín Llaryora, Rogelio Frigerio y Sergio Ziliotto en AMIA
Para la cita, los equipos de La Pampa y Buenos Aires preparan una serie de convenios de colaboración mutua aunque en este caso no se prevé que el exministro de Economía entregue ni patrulleros como hizo con Santa Fe ni ambulancias como las que llevó a territorio chubutense. Está claro que además será una señal a la interna del justicialismo y un distanciamiento de la pelea local, la que lo mantiene en tensión con Máximo Kirchner, actual presidente del PJ de Buenos Aires.
Kicillof insiste en que no quiere apurarse con una candidatura para 2027 y sólo integra la mesa del Consejo Nacional del PJ pero en su distrito -y en su entorno- mientras le aconsejan tomar el liderazgo del partido. Aunque dice que no, su gestualidad lo muestra ir en ese sentido como lo hizo cuando convocó a marchar al Congreso y en sus reiterados respaldos a la movilización sindical del 24 de enero y la que se organizó en defensa del presupuesto de las universidades.
Quizás su oportunidad de recuperar iniciativa y buscar amalgamar al peronismo sea el 1° de Julio cuando se cumplan 50 años de la muerte de Juan Domingo Perón a quien homenajeará con un acto en la Quinta de San Vicente en la localidad homónima ubicada al sur del Conurbano.
Al acto invitarán a todo el peronismo, incluido Máximo Kirchner con quien públicamente no se muestra desde hace más de seis meses, y a los gobernadores más opositores, entre ellos Quintela y justamente el vecino Ziliotto.