Christian Domínguez asegura que él sí valora a sus vocalistas: “Me interesa que todos brillen”

Christian Domínguez, líder de la Gran Orquesta Internacional, revela los desafíos de ser jefe y vocalista al mismo tiempo. Además, negó que sea egocentrista y aseguró que es un buen líder porque deja que sus compañeros también se luzcan en los escenarios. "Nunca he sido yoísta", dijo.

El cantante Christian Domínguez es uno de los vocalistas de la Gran Orquesta Internacional, pero también uno de los líderes. A lo largo de los 10 años de trayectoria, la agrupación ha tenido que lidiar con algunas polémicas y no precisamente por los vocalistas, sino por las actitudes del intérprete de ‘Una rosa lo sabe’. Más allá de sus escándalos, el artista peruano asegura que, a diferencia de otros grupos, él sí deja brillar a sus compañeros.

Christian Domínguez, de 40 años, revela lo difícil que ha sido ser el líder de la Gran Orquesta Internacional, que en este 2024 está conformada por Dimas Ysla, Dennys Alvarado, Diego Hora, Johann Castro y el venezolano José Alejandro, quien se unió a la agrupación tras la intempestiva salida de Jean Paul Santa María.

En esta entrevista con La República, Domínguez dio a conocer cuál es el sueño que desea cumplir junto a la Gran Orquesta Internacional y defendió a sus compañeros del grupo, quienes han sido calificados como ‘alcahuetes’ de Christian por supuestamente ser cómplices de sus infidelidades.

—¿Qué ha sido lo más difícil de liderar la Gran Orquesta Internacional?

—La performance siempre va a ser lo más complicado para mí. El tema del talento lo pueden ver cada uno de los chicos y tengo grandes músicos también. Y cada uno está impulsado por su familia, por eso dan el 100%. Ellos están aquí porque desean estar aquí, nunca los he amarrado a ninguno por un tema de contrato.

—¿Por qué?

—No me interesa trabajar con alguien que no está a gusto porque si va a dar el 20% de su talento, no me interesa. La gente que no está aquí, el 90% es porque ya no ha querido y el otro 10% ha sido por un tema de disciplina.

—¿Otro aspecto complicado de ser, al mismo tiempo, jefe e integrante?

—El mantenernos siempre a un nivel alto porque somos muy exigentes y acostumbramos a las personas a estar a un 100%. Pero somos seres humanos y puede que en un concierto estemos agotados por venir de una gira muy larga. Lo complicado va a ser el sacar adelante un concierto en esas condiciones.

—Las grandes agrupaciones como Grupo 5 son muy exigentes a la hora de solicitar un buen equipo de sonido. ¿Sigues los mismos pasos?

—Todos queremos tener lo mejor. Ahora, por ejemplo, Grupo 5 está dejando una valla alta para que los mismos empresarios siempre tengan esa opción de evento. Ya no estamos en los tiempos antiguos de la cumbia, donde cualquier grupo tocaba en un escenario que se podía caer y la gente iba nomás. Ya no es así, ahora mucho tiene que ver la parte visual. Ahora los empresarios y las orquestas se están preocupando mucho más en ponerle un cierto nivel a cada sonido y a cada escenario. Entonces, de alguna manera estamos avanzando y nos conviene a los que estamos haciendo las cosas bien, pues todo esto tiene un costo.

—¿Y qué sucede con las orquestas más pequeñas?

—A las orquestas que no han trabajado bien o que tienen otra manera de trabajar, esto es un poco más difícil e inalcanzable. Gracias a Dios, nosotros podemos solicitar sonidos de cierto nivel y un rider técnico apropiado para poder hacer un concierto.

Christian Domínguez se considera un buen jefe

—¿Cómo haces para que tus vocalistas también brillen dentro de la orquesta?

—Yo no soy un líder que quiere que las cosas se hagan a mi forma, soy un líder porque los escucho, porque quiero lo mejor para ellos y porque les doy todas las herramientas que tenga a la mano para que brillen individualmente. Yo he tenido esa responsabilidad y esa mentalidad desde los 15 años. Nunca he sido yoísta, nunca he sido egocentrista. Si yo no lo he sido, tampoco permito que ninguno de ellos lo sea porque ahí está el principal error de no avanzar. Cada uno tiene un talento y una facilidad en ciertas cosas. Entonces, tienen que comenzar a aprender otras cosas para que sean más completos. Es allí donde yo entro a tallar.

—¿Tu presencia es indispensable?

—Nunca va a pasar que Christian Domínguez no aparezca porque esto es un trabajo, tengo 23 o 24 años de carrera. Lo que tengo que hacer es ser un triángulo invertido y siempre va a ser así. Siempre voy a querer que estén delante mío e impulsarlos. A mí no me interesa ser Christian Domínguez y la Gran Orquesta. A mí me interesa que sea una orquesta homogénea, que todos brillen porque mientras más brillen, más voy a brillar. Mientras los músicos mejor toquen, todos vamos a sonar mejor, esa mentalidad la tengo desde niño. 

—¿Cuál es tu gran sueño con la Gran Orquesta Internacional?

—Uno de mis sueños es, algún día, no estar adelante de Gran Orquesta, sino estar atrás. No siempre voy a ser joven, me encantaría estar hasta los 50 porque puedo aparentar menos edad y porque uno como cantante siempre quiere cantar toda la vida. Pero mi sueño es que cada uno de ellos tengan un nombre propio y que se mantengan unidos; y sentirme orgulloso de lo que se ha construido o de lo poco o mucho que haya hecho para que ellos crezcan. Por mí que se queden conmigo toda la vida y que sean como el Gran Combo de Puerto Rico, pero también entiendo que cada uno tiene diferentes metas. Así como dependo de ellos, también dependen de mí. Es una dependencia familiar y eso nos hace una orquesta diferente.

—¿Qué sucede con quienes no tienen esa misma filosofía?

—Si uno de ellos viene con algo diferente, tenlo por seguro que se van a amoldar. Y si no se amoldan, no son para estar aquí. Los que están acá conmigo, están amoldados a nuestra forma de pensar porque se han dado cuenta que queremos que cada uno sobresalga individualmente. 

Christian Domínguez saca cara por sus compañeros

—¿Te incomoda que involucren a los de tu orquesta en tus escándalos?

—Claro que me incomoda porque la responsabilidad es de cada uno. Si bien es cierto paramos juntos de manera laboral, cada uno tiene su vida, su familia y sus manías. Nosotros no nos metemos en la vida personal de nadie, hablamos de trabajo, nos vacilamos, nos reímos, pero cada cosa que hagamos, es responsabilidad de cada uno. Es más, ni lo comentamos. Si por las cosas que me dicen a mí, ellos salen afectados, claro que me incomoda. Cuando dije que ‘voy a poner el pecho por ellos’, me refiero a que será cuando alguien les quiera hacer daño, no voy a poner el pecho por alguna indisciplina que hagan porque van a tener que afrontar las consecuencias de sus actos. Cuando son temas personales, no puedo defenderlos.