‘La discusión en Costa Rica sobre gas y petróleo es como si llegáramos tarde a la fiesta’, dice experto en energías limpias
“Cuando veo a Costa Rica desde afuera, digo ‘ok, tenemos una matriz energética limpia, un montón de oportunidades en un país pequeño’. Los retos de hoy requieren inversiones que debemos pensar muy bien ¿queremos ponernos al día con una tecnología que a largo plazo va de salida, que es la explotación de petróleo y gas, o empezar a meternos temprano en una ola de nuevas tecnologías limpias?”
Así ve la discusión sobre la producción eléctrica en el país José Daniel Lara Aguilar, ingeniero e investigador costarricense que trabaja en energías limpias en Estados Unidos. A él le resulta contradictorio que en Costa Rica se piense en exploración petrolera y gas natural, cuando se podría hablar de nuevas tecnologías.
Su visión pareciera ser compartida. Noruega rechazó recientemente la solicitud del gobierno costarricense de hacer estudios para conocer las reservas de hidrocarburos y gas natural aquí porque, entre otras razones, aquel país descontinuó este año el programa de desarrollo e investigación llamado Oil for Development Program (Programa Petróleo para el Desarrollo).
Lara trabaja en el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de Estados Unidos (NREL, por sus siglas en inglés), que según dice es “algo así como la NASA, pero de energía renovable”.
“Aquí estudiamos múltiples temas, como el diseño de turbinas de viento o paneles solares. Lo que yo hago tiene que ver con la integración de esas tecnologías a la red eléctrica”, explicó.
Para él, en lo que se debe trabajar es en determinar cuáles tecnologías tienen que considerarse para atender la demanda eléctrica y descarbonizar sectores que no pueden electrificarse. Por eso, ve con extrañeza que haya quienes defiendan posibles usos y explotaciones de fuentes no renovables.
“En mi criterio, la discusión que se está dando en Costa Rica sobre gas y petróleo es como si llegáramos tarde a la fiesta. Porque usando gas y petróleo, con países que llevan años de usarlo, nos va a costar muchos años ponernos al día tecnológicamente. Y más bien es un tipo de explotación energética que queremos que desaparezca”, expresó.
“Costa Rica en este momento no sabe cómo explotar petróleo. ¿Qué vale más la pena, invertir 20 años desarrollando la tecnología para exportar petróleo y desarrollarlo económicamente o meternos ahora en tecnologías que, sin duda todavía son experimentales y verdes, de producción de combustible sintético?”, añadió.
El segundo camino, indicó el especialista, también ayudaría a la formación de personal especializado y generaría fuentes de empleo. Dentro de las oportunidades no solo están los combustibles sintéticos, también baterías de larga duración.
Trabajar en un futuro que todavía no ha llegado
El tico se ve a sí mismo trabajando por la descarbonización, con la mentalidad de ir no uno, sino varios pasos adelante. Si se toma la estrategia de descarbonización global, dijo, se podría separar en tres partes:
- Lo que se puede electrificar. Si uno supone que la red eléctrica es energía renovable, al electrificarlo se descarboniza. Lara dio el ejemplo de hacer un cambio de vehículos de gasolina o diésel a eléctricos.
- Un sector intermedio, que no puede electrificarse, pero necesita descarbonizarse. Él puso los ejemplos de los plásticos, ciertos tipos de combustibles, como los usados por los aviones. La idea es desarrollar tecnologías con ese esquema, pero para ello hace falta electricidad. En el caso de desarrollar combustibles sintéticos se hará uso de electricidad de forma renovable. Esto sería una descarbonización por una vía indirecta.
- El tercer sector y el más difícil es aquel que no se puede descarbonizar. “Tenemos que inventar algo nuevo, porque no hay forma de descarbonizarlo”. En este sentido se tienen discusiones a nivel internacional.
Él trabaja directamente con los sectores 1 y 2. Lo define como dos cambios hechos simultáneamente. Dentro de las interrogantes que lo mantienen ocupado está cómo capturar el dióxido de carbono y el hidrógeno, las formas de optimizar esa captura de energía y cómo lograr la eficiencia.
“Son cambios muy intensos. No hay precedentes en la historia del mundo industrial moderno para un cambio tan profundo y tan rápido como el que tenemos que hacer para descarbonizar la economía. Se requiere no solo el trabajo tecnológico, también se requieren modelos matemáticos y de computación. Es cómo ir construyendo el futuro con herramientas que no tenemos en este momento, pero vamos a necesitar”, explicó.
El especialista reconoció que hay quienes se toman con escepticismo el tema y piensan que todavía no hay nada probado, pero su trabajo diario lo lleva a ver las oportunidades, porque hay una gran gama de tecnologías que se están probando.
“El trabajo nuestro en el Laboratorio es tratar de responder todas estas preguntas que se están haciendo para lograr mejores productos y ver qué sería más económicamente eficiente”, especificó.
¿Hacia dónde debería ver Costa Rica?
Lara enfatizó que, en el terreno de la energía, no hay soluciones a corto plazo. No hay soluciones rápidas que puedan resolverse en cuestión de un año. Pero entre cinco y diez años surgirán más energías renovables.
Para él, de la misma forma en la que se tenían zonas francas, primero para semiconductores y luego para la industria de equipo médico, podrían traerse las inversiones al país. El país debe buscar inversionistas que se enfoquen en esas industrias y saber lo que necesitan esas empresas para que vengan a trabajar.
Otra línea por considerar es que las universidades comiencen a capacitar a sus ingenieros químicos, eléctricos y electrónicos en este tipo de energías.
“El próximo paso es que debe haber una iniciativa política para priorizar el trabajo y la inversión. Si no tenemos una infraestructura institucional que produzca los pasos necesarios para insertarnos en esta industria tecnológica no lo vamos a lograr. Si dependemos de que el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) haga una inversión por un par de años y luego lo abandone, y Recope haga otro plan un par de años y luego lo abandone, no se va a poder. Esto debe trascender gobiernos e instituciones”, subrayó.
Según su opinión, este proceso no dista mucho del que habría que seguir para explorar gas natural y petróleo, tanto en lo institucional como en lo técnico, con la diferencia de que serían más los riesgos con la exploración, dado que es una industria que en muchos países ya va de salida.
“No es abrir un hueco y que salga plata”, aseveró.
Una visión ‘menos romántica’ sobre la situación energética
Lara indicó que su visión sobre la situación actual es tal vez “menos romántica” de la que tienen muchos científicos que trabajan con ambiente y descarbonización. Consideró que la industria del carbón y del petróleo ya es muy madura y está muy desarrollada, y los países que invirtieron millones de dólares en ella hace unos años ya están en un momento donde le están sacando provecho económico a un nivel altamente tecnificado.
Sin embargo, también es de la opinión de que ya las nuevas tecnologías están buscando ir más allá y ese más allá involucra energías renovables y limpias. Y ese trabajo es lo que mantiene la esperanza.
“Costa Rica no podría tener una propiedad intelectual sobre petróleo, haríamos lo que los demás hacen. Esa industria ya existe. La otra, la de energía renovable, abre la posibilidad de que Costa Rica produzca propiedad intelectual y puede exportarla. No nos da la garantía, pero nos da la oportunidad”, concluyó.