El Gobierno de Putin da su apoyo a Marine Le Pen ante la segunda vuelta de las elecciones en Francia
Mediapart publicó hace años que el Front National –como se llamaba antes el actual Agrupación Nacional– de Marine Le Pen llegó a pedir a distintos bancos rusos 40 millones de euros para financiar sus campañas electorales. “Hemos recibido 9 millones, faltan 31 más”, decía un miembro anónimo de la oficina política del partido a Mediapart.
Los vínculos económicos de Le Pen y su partido con la Rusia de Vladímir Putin eran conocidos. Y en la última campaña electoralretiró un folleto electoral –del que se habían impreso 1,2 millones de ejemplares– que incluía una foto de Le Pen dando la mano a Putin durante el citado viaje, según revelaba el diario Libération.
Por otro lado, la Agrupación Nacional (heredera del Frente Nacional) continúa pagando un préstamo de nueve millones de euros de un banco checo-ruso que data de 2015, negociado durante una primera visita a Moscú.
Y, este miércoles, el Ministerio de Exteriores ruso ha tuiteado: “El pueblo francés busca una política exterior soberana que sirva a sus intereses nacionales y rompa con el dictado de Washington y Bruselas. Los funcionarios franceses no podrán ignorar estos profundos cambios en las actitudes de la gran mayoría de los ciudadanos”.
El tuit en vísperas de una segunda vuelta decisiva en la que está Francia está en el precipicio y en toda Europa contiene la respiración, el Kremlin hace públicas su simpatías por Marine Le Pen.
El mensaje en X viene de la rueda de prensa del portavoz adjunto del ministerio, Andrei Nastasin, en la que ha dicho: “La segunda vuelta será decisiva. Sin embargo, la primera vuelta, así como las elecciones de junio al Parlamento Europeo [en las que arrasó Le Pen], no pueden considerarse sino como un voto de desconfianza hacia las autoridades actuales, incluida la política exterior del París oficial. El éxito incontestable de la oposición atestigua no sólo la polarización de la sociedad y el fortalecimiento de su potencial de protesta, sino también la creciente demanda en el país de justicia social, de una política exterior soberana que responda a los intereses nacionales, de librarse del dictado de Washington y Bruselas. Independientemente de los resultados de la segunda vuelta, sea cual sea la composición del nuevo gobierno, las autoridades francesas no podrán ignorar estos cambios fundamentales en el estado de ánimo de la inmensa mayoría de sus conciudadanos”.