Defensa del Grupo La República, por Mirko Lauer
Los enemigos peruanos de La República falazmente nos ven camino de volvernos versiones de Beijing Informa o China Reconstruye, los históricos boletines de la propaganda impresa china. No les preocupa que los socios mineros peruanos de empresas chinas se vayan a afiliar al Partido Comunista de China, pero quizás esa forma de calumnia también aparecerá
Algunas voces insistentemente lamentan el convenio comercial del Grupo La República con empresas de comunicación y medios de prensa chinos. Para lamentar mejor, tergiversan las cosas y convierten un acuerdo entre empresas en algo así como un pacto para concordar líneas editoriales e informativas. Como si, por ejemplo, el acuerdo para el puerto de Chancay fuera una declaratoria de zona liberada.
Un aspecto importante de la cuestión es si las empresas que operan dentro del capitalismo pueden o deben hacer negocios con un país que se proclama comunista. La pregunta ya se ha respondido sola, hace tiempo. Lo del gato bicolor que siempre caza ratones no solo se aplica al pragmatismo del PC chino, sino también al empresariado del mundo entero y cacería de utilidades.
Un convenio similar al del GLR fue firmado por The Associated Press y varios otros medios de prensa de los EEUU, hace algo más de cinco años. Fueron duramente atacados por un tiempo, sobre todo desde Taiwán, por supuesto. Pero que se sepa esos medios de EEUU no han hipotecado su línea editorial, ni se han vuelto agentes de los intereses chinos.
Ciertamente, Beijing busca mejorar su imagen en el exterior, y los acuerdos comerciales, con las inversiones que los acompañan, son parte de eso. Pero la enorme máquina de propaganda china no necesita a los diminutos medios de los países medianos o pequeños. La imagen de China se suele jugar en la gran prensa mundial.
Convenios como el de GLR-grandes medios chinos todavía no son muy frecuentes. Más lo son los acuerdos de China con medios estatales. Sobre la Ruta de la seda Beijing firmó con las estatales italianas ANSA (noticias) y RAI (radio, TV), así como con una media docena de países europeos más. Esos medios estatales han demostrado ser más pro-chinos que los privados. Es verdad que China se aprovecha. Pero también puede ser aprovechada.
Los enemigos peruanos de La República falazmente nos ven camino de volvernos versiones de Beijing Informa o China Reconstruye, los históricos boletines de la propaganda impresa china. No les preocupa que los socios mineros peruanos de empresas chinas se vayan a afiliar al Partido Comunista de China, pero quizás esa forma de calumnia también aparecerá. Formas de sinofobia, finalmente.