¿Qué santo se celebra hoy, 9 de julio? Esto es lo que debes saber del santoral de la Iglesia Católica
El santoral católico es una lista que recoge los nombres de los santos y beatos reconocidos oficialmente por la Iglesia Católica y los asigna a una fecha específica en el calendario. En total, el santoral incluye alrededor de 7.000 personajes insignes. Los santos son hombres y mujeres que han dejado una huella en la historia del cristianismo, destacándose por su sacrificio y su vínculo especial con lo espiritual. Los beatos, por otro lado, están en camino hacia la canonización, es decir, en proceso de ser reconocidos como santos.
¿Qué santos se celebran hoy martes 9 de julio?
Estos son los santos que se celebran hoy martes 9 de julio
- San Nicolás Pieck y compañeros
- Santa Verónica Giuliani
- Santa Anatolia de Velino
- San Audaz de Velino
- Santa Everilda de Sajonia
- San Joaquín He Kaizhi
- San José Yuan Zaide
- Beato Adriano Fortescue
- Beato Fidel Chojnacki
- Beata Juana Scopelli
- Beata María de Jesús Crucificado Petkovic
- Beata Paulina del Corazón de Jesús Agonizante
San Nicolás Pieck y compañeros: mártires de la fe en los Países Bajos
La historia de la nacionalidad holandesa está marcada por momentos de violencia y persecución religiosa. Un episodio particularmente sangriento ocurrió en la segunda mitad del siglo XVI, cuando los Países Bajos, ricos y superpoblados, se vieron invadidos por predicadores calvinistas y envueltos en una guerra sin cuartel contra el dominio español. En este contexto, los mártires de Gorkum, liderados por San Nicolás Pieck, dejaron un legado de fe y sacrificio que continúa inspirando a los creyentes hasta el día de hoy.
El contexto de la persecución de los mártires
El año 1566 marcó el inicio de una serie de devastaciones iconoclastas en Flandes español, encabezadas por el partido de los "gueux" o "mendigos". La llegada del duque de Alba, enviado por Felipe II, impuso un orden temporal, pero también generó un rencor profundo que explotaría más tarde. En este ambiente de tensión, los "mendigos del mar", una banda de saqueadores dirigidos por el conde de la Marck, se convirtieron en una amenaza constante para los sacerdotes y religiosos.
El ataque a Gorkum
El 25 de junio de 1572, una flotilla comandada por el capitán Marino Brant atacó la ciudad de Gorkum. Los sacerdotes y religiosos se refugiaron en la ciudadela, entre ellos el párroco Leonardo Vechel, su coadjutor Nicolás Janssen y el anciano Godofredo van Duynen. También se encontraban allí trece franciscanos, liderados por el padre Nicolás Pieck, un hombre de dotes excepcionales y profunda espiritualidad.
Captura y martirio
Tras la capitulación de la ciudadela el 27 de junio, Brant juró respetar la vida y la libertad de los defensores y refugiados, pero pronto quedó claro que no se podía confiar en su palabra. Los prisioneros fueron saqueados, torturados y sometidos a parodias litúrgicas durante ocho días. El padre Nicolás Pieck, a pesar de las oportunidades para escapar, se negó a abandonar a sus compañeros.
El 7 de julio, los prisioneros fueron llevados a Brielle, donde fueron recibidos con más insultos y malos tratos. En la prisión se unieron a otros sacerdotes y religiosos, sumando un total de veintitrés prisioneros. El conde de la Marck buscaba su apostasía y sometió a los mártires a interrogatorios y disputas sobre puntos de fe.
Ejecución y canonización
La ejecución tuvo lugar el 9 de julio. San Nicolás Pieck fue el primero en subir a la horca, animando a sus compañeros hasta el final. A pesar de las defecciones de algunos, la mayoría de los prisioneros afrontaron la muerte con serenidad, resistiendo las insinuaciones de los ministros calvinistas. Los diecinueve mártires fueron canonizados por Pío IX el 29 de junio de 1867.
Legado y testimonios
Los detalles del martirio de los santos de Gorkum están bien documentados gracias a relatos contemporáneos y a las obras de autores como Pontus van Huyter, quien se redimió de su defección escribiendo un relato detallado de los acontecimientos. La obra fundamental sobre este tema es la de V. G. Estius, "Historia Martyrum Gorcomiensium", que ofrece una visión detallada basada en testimonios de testigos oculares.
Los mártires de Gorkum, encabezados por San Nicolás Pieck, representan un testimonio de fe inquebrantable y sacrificio en uno de los periodos más turbulentos de la historia de los Países Bajos. Su legado perdura como un ejemplo de valentía y devoción en tiempos de persecución.
Santa Verónica Giuliani: mística, abadesa y símbolo de la Pasión de Cristo
Santa Verónica Giuliani, nacida como Úrsula Giuliani en Mercatello, Italia el 27 de diciembre de 1660, fue una monja clarisa capuchina italiana, venerada por su profunda espiritualidad, sus experiencias místicas y su singular devoción a la Pasión de Cristo. A lo largo de su vida, experimentó visiones, éxtasis y estigmas, compartiendo los sufrimientos de Jesús de manera profunda y personal.
Infancia y vocación religiosa
Nacida en el seno de una familia humilde en Mercatello, Italia, Úrsula mostró desde temprana edad una profunda inclinación hacia la fe. A los 17 años, ingresó en el convento de las clarisas capuchinas de Città di Castello, donde recibió el nombre de Verónica en honor a la mujer que según la tradición limpió el rostro de Jesús durante su camino al Calvario.
Profundización espiritual y experiencias místicas
La vida de Verónica Giuliani estuvo marcada por una intensa búsqueda espiritual. Experimentó numerosas visiones, éxtasis y locuciones, profundizando en los misterios de la fe y compartiendo de manera íntima los sufrimientos de Cristo. Sus experiencias místicas la llevaron a experimentar dolores físicos y emocionales, incluyendo estigmas en sus manos, pies y costado, que reproducían las heridas de la Crucifixión.
Abadesa y guía espiritual
A pesar de las dificultades y cuestionamientos que enfrentó por sus experiencias místicas, Verónica Giuliani se convirtió en una figura respetada y querida dentro de su comunidad. En 1695, fue elegida abadesa del convento, cargo que ejerció durante varios períodos con gran sabiduría y compasión. Guió a sus hermanas con amor y firmeza, inspirándolas en su camino de fe y oración.
Reconocimiento y legado
La fama de la santidad de Verónica Giuliani se extendió por toda Italia y más allá. Tras su muerte en 1727, su causa de beatificación fue iniciada y culminó en 1804. En 1839, fue canonizada por el Papa Gregorio XVI.
Santa Verónica Giuliani sigue siendo una figura inspiradora para muchos creyentes. Su vida ejemplifica la búsqueda apasionada de Dios, la unión con Cristo en el sufrimiento y la entrega abnegada al servicio de los demás. Sus escritos, incluyendo su diario personal y cartas, ofrecen valiosos testimonios de su experiencia mística y continúan siendo fuente de reflexión y crecimiento espiritual.