Nueve de cada 10 adolescentes están permanentemente en la red
Dentro de su campaña #DerechosSinConexión, Save the Children ha publicado este jueves un informe que analiza los derechos de la infancia y la adolescencia y su protección en el entorno digital, y que tiene como objetivo comprender cómo se relacionan con el entorno digital y cómo se puede garantizar que se cumplen todos sus derechos también en este ámbito, a la vez que están protegidos y protegidas frente a cualquier tipo de violencia. Así, el documento estudia cómo, por qué y para qué utilizan internet y las redes sociales los niños, niñas y adolescentes: el número de horas, el tipo de contenidos, cómo se sienten cuando navegan y si están preparados para enfrentarse a los riesgos y retos que plantea el entorno digital.
La investigación, que ha contado con encuestas a 3.315 adolescentes de 14 a 17 años en España, señala que casi 9 de cada 10 adolescentes se conectan varias veces al día a internet o están permanentemente conectados Además, el 58% utilizan internet de manera habitual desde los 11 años, y casi 1 de cada 3 lo utiliza de manera habitual desde antes de cumplir los 10 años.
Así, utilizan internet principalmente para entrar en las redes sociales (79,8%), el consumo de contenidos (78%) y la comunicación (75%). Las chicas utilizan más la red para escuchar música y ver más series o películas o comprar, mientras que ellos ven más contenido de otros creadores y se informan más, aunque la mayor diferencia se encuentra en los juegos online: casi el 75% de los chicos los utilizan, frente al 15% de las chicas.
“La infancia y la adolescencia, al igual que las personas adultas, no pueden separar su identidad en la vida real de la que construyen en internet. El mundo digital ofrece posibilidades para ejercer derechos de los niños y niñas como son el derecho a la educación, a la información, libertad de expresión o el de asociación. Sin embargo, sabemos que también corren riesgos cuando están conectados, por lo que es imprescindible abordar esta problemática teniendo en cuenta todas las perspectivas posibles”, asegura Andrés Conde, director de Save the Children.
A la hora de establecer normas de uso en casa para limitar o controlar las actividades de niños, niñas y adolescentes en internet, solo 3 de cada 10 aseguran tener limitadas las horas de conexión, mientras que un 38% afirma que sus familiares le han explicado los posibles riesgos a los que se enfrentan mientras están en la red. A pesar de estos límites establecidos, un 37% de adolescentes aseguran saber cómo saltarse las medidas de control.
Riesgos en el entorno digital
Uno de los riesgos a los que se enfrentan niños, niñas y adolescentes por internet es el de la exposición a contenido erótico y pornográfico: casi 6 de cada 10 adolescentes han encontrado este tipo de contenido sin buscarlo.
“La exposición a estos contenidos puede tener consecuencias muy negativas para su desarrollo, ya que genera en ellos una percepción de las relaciones sexuales basadas en un modelo patriarcal que incluso erotiza la violencia contra las mujeres. Estas consecuencias se agravan cuando llevan estas conductas sexuales a sus propios encuentros, tal y como ya vimos en nuestro informe (Des)información Sexual”, afirma Conde.
Otro riesgo al que se enfrentan en la red es el contacto con personas desconocidas. 1 de cada 3 adolescentes contacta con desconocidos a través de internet, y el 23% afirma que sí se encontraría con una persona desconocida. Resulta especialmente importante la diferencia por género: el 27,4% de chicos sí consideraría quedar con personas que sólo conocen por internet, frente al 17,3% de las chicas.
Violencia online
El informe también aborda las distintas formas de violencia que puede sufrir la infancia en el entorno digital, como son el abuso sexual infantil a través de la red (grooming), el ciberacoso o la violencia de género cuando se extiende a internet y las redes sociales, y el conocimiento por parte de niños, niñas y adolescentes de la misma.
1 de cada 3 adolescentes no cree que enviar fotos de carácter sexual sin permiso es o deba ser un delito, o no está seguro de que deba serlo (en el caso de los chicos, este porcentaje asciende hasta un 40%, mientras que para las chicas es de un 26%).
De la misma forma, un 43% no cree o no está seguro de que mandar mensajes de odio sea delito (siendo, de nuevo, mayor el número de chicos que no cree que estas conductas lo sean o deban serlo, situándose en casi el 50% frente al 37% de las chicas). Además, 1 de cada 4 adolescentes no sabría dónde denunciar un caso de violencia online.
“Aunque una mayoría identifica ciertas conductas como delitos, no deja de ser preocupante que haya porcentajes significativos que no las identifiquen, bien porque piensen que estas no son delitos, porque piensen que no deben serlo, o porque no lo sepan. El primer paso para protegerse de la violencia es saber identificarla”, señala el director.
Concienciar a la sociedad
Save the Children ha lanzado este informe en el marco de su campaña #DerechosSinConexión para concienciar a la sociedad en general de que niños, niñas y adolescentes también se desarrollan en Internet, por lo que este tiene que ser un lugar seguro para ellos, garantizando que se cumplen sus derechos.
Para ello, la organización pide desplegar todas las medidas que recoge la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (Lopivi) para proporcionar entornos seguros a la infancia en el entorno digital a la vez que se garantiza que se cumplen todos sus derechos.
Save the Children apuesta por educar a niños, niñas y adolescentes en un uso responsable y seguro de internet y las nuevas tecnologías. Es imprescindible dotarlos de herramientas para que estén lo más seguros posibles en el entorno digital desde las familias y la escuela, a quienes los poderes públicos deben otorgar las herramientas y formaciones necesarias.
Otra medida que Save the Children considera prioritaria es la de implementar mecanismos efectivos para prevenir la violencia y el acceso al contenido perjudicial en internet. El entorno digital debe ser un entorno seguro para la infancia y la adolescencia, por lo que es necesaria la colaboración entre la Administración y las plataformas de internet para la aplicación efectiva de la edad mínima de acceso a los servicios y contenidos digitales y del consentimiento para compartir datos de carácter personal, a través de mecanismos que sean respetuosos con los derechos de la infancia, protejan sus datos, y no les excluya de servicios a los que tengan derecho a acceder.
Por último, es imprescindible para la organización implantar educación afectivo-sexual en igualdad de género y diversidad, reglada, desde edades tempranas y adaptada a cada etapa educativa, para que niños y niñas aprendan desde edades tempranas a tener relaciones más sanas y más igualitarias, también en un entorno digital.
“De la misma forma que no prohibimos a la infancia salir de casa porque hay peligros, no podemos con esa excusa prohibirles el acceso a internet. La entrada en la red debe ser progresiva y adaptada a cada edad, siguiendo las recomendaciones pediátricas, de ciberseguridad y de salud mental. Las personas adultas debemos acompañar a niños y niñas en este uso, enseñarles a protegerse y a comportarse en internet, y darles pautas para una ciudadanía digital respetuosa y protectora”, concluye Conde.