El presidente de Kenia destituye al Gobierno en pleno pero no dimite tras la ola de protestas
El presidente de Kenia, William Ruto, anunció este jueves la disolución de todo su Gobierno, excepto el ministro de Asuntos Exteriores y el vicepresidente, y la destitución del fiscal general, después de semanas de protestas en el país contra los planes del Ejecutivo de subir impuestos.
«Después de escuchar atentamente al pueblo de Kenia y de un análisis integral de la actuación de mi Administración y de sus logros y desafíos, he decidido (...) destituir con efecto inmediato a todos los ministros y al fiscal general», declaró Ruto en un mensaje televisado dirigido a la nación desde la State House, sede de la Presidencia en Nairobi. «Por supuesto, la oficina del vicepresidente no se verá afectada de ninguna manera», añadió.
Ruto hizo este anuncio después de una serie de protestas masivas que desde el pasado 18 de junio se opusieron a un polémico proyecto de ley que implicaba una subida de impuestos y poco a poco se transformaron en manifestaciones antigubernamentales, pese a que el mandatario rechazase firmar la iniciativa legislativa.
«Los recientes eventos obligaron a la retirada del proyecto de Ley de Finanzas, lo que requerirá una revisión y reorganización de nuestro presupuesto y gestión fiscal. Participaré de inmediato en consultas amplias entre diferentes sectores, formaciones políticas y otros kenianos, tanto en público como en privado, con el objetivo de establecer un Gobierno de base amplia que me ayude a acelerar la implementación urgente e irreversible del programa que tenemos, incluyendo otras medidas radicales para luchar contra la deuda», prometió el mandatario.
Ya el pasado día 5 de julio, Ruto anunció una batería de medidas de austeridad y adelantó que habría cambios en el Ejecutivo, formado por veinte ministerios. Las movilizaciones no contaron con líderes oficiales y se impulsaron en las redes sociales por jóvenes de la llamada generación Z (nacidos entre mediados de los noventa y la primera década del siglo XXI).
Desde que empezaron las protestas, la respuesta de las fuerzas de seguridad, que han disparado gases lacrimógenos, pelotas de goma e incluso munición real contra los manifestantes, ha dejado al menos 39 muertos, según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia (KNCHR). También ha habido al menos 361 heridos y se han registrado 32 casos de desapariciones forzadas, según esa entidad reguladora.
Esta es la peor crisis de Ruto desde que llegó al poder en septiembre de 2022. Kenia destaca como una de las economías de más rápido desarrollo de África, pero las desigualdades persisten y uno de cada tres kenianos sobrevive con apenas dos dólares al día, según el Banco Mundial.