Urbanización Valladolid estrena sistema único en el país para contener deslizamiento que arrasó con 27 casas
Tras cuatro años de zozobra, decenas de familias de la urbanización Valladolid en Desamparados al fin podrán dormir tranquilas, luego de que la CNE entregó este viernes las obras para contener el deslizamiento que destrozó 27 casas en el 2020.
La larga espera terminó este 12 de julio para decenas de vecinos de la urbanización Valladolid, en San Miguel de Desamparados, quienes esperaron cuatro años a que se construyeran terrazas y muros anclados, para evitar que el deslizamiento que se tragó 27 casas en agosto del 2020 siguiera borrando el vecindario.
La obra técnica, calificada como única en el país, fue inaugurada este viernes, luego de una inversión de ¢2.800 millones. Con ella se acabarán las noches de zozobra para Marisol Salguero, Daniela Morales, Jenny Duarte y otras vecinas que soportaron duros inviernos y toda clase de incomodidades durante estos años, además del temor al pensar que podrían correr la misma suerte de las familias que, de un momento a otro, perdieron las casas, el barrio, los vecinos, el arraigo de 25 años y la inversión más costosa que tenían.
Roxana Villalobos, del Comité Comunal de Emergencias de Valladolid, comentó que, en un sondeo con los vecinos que quedaron, estos agradecen la ayuda porque ya pueden dormir tranquilos, sin angustias. Una de ellas comentó que ya puede dejar a su mamá e hija solas en la casa, sin tener que salir corriendo cada vez que llueve.
Técnicas de ingeniería moderna para contener el desprendimiento
Para generar seguridad en la zona y estabilidad del deslizamiento, se realizaron cinco técnicas ingenieriles de manera simultánea y conjugada que no se habían aplicado antes en ningún otro desprendimiento de tierras en el país, según precisó la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), encargada del proyecto.
Estabilizar enorme deslizamiento en urbanización Valladolid costará el doble de lo previsto por CNE
Consta de trabajos de protección en la margen del río Jorco que colinda con el deslizamiento. En paralelo, se construyeron muros anclados bajo las viviendas de la urbanización y muros en los extremos laterales de la corona del deslizamiento, para mantener la estabilidad.
Fue necesario realizar obras de terracería, como una especie de gradas grandes para crear niveles que ayuden en el soporte del terreno. Por último, se llevó a cabo una reconstrucción total de la distribución de aguas pluviales, para evitar las infiltraciones al terreno. La estructura de estabilización y protección beneficia de manera directa a 600 personas que habitan en la urbanización y de manera indirecta a más de 60.000 que se hubiesen visto afectadas en caso de que el deslizamiento hubiera seguido hasta la calle principal, lo cual era posible.
Las obras iniciaron el 12 de diciembre de 2023 y concluyeron días atrás con la colocación de la malla perimetral. Alejandro Picado, presidente de la CNE, expresó que se trata de una obra con una complejidad alta que debía ser abordada cuanto antes para evitar más pérdidas.
El deslizamiento urbano más grande de los últimos años
Después del paso de la tormenta tropical Nate, en 2017, se registró el primer deslizamiento en Valladolid, los materiales de una zona verde y parte de la calle que rodeaba la urbanización cayeron al río Jorco, desapareciendo para siempre.
Posteriormente, en agosto de 2020, los vecinos alertaron a la CNE por crujidos en las paredes y la aparición de desniveles, así como dificultad para cerrar puertas. Tras una inspección se determinó la presencia de una grieta de aproximadamente un centímetro que se prolongaba desde la calle hasta paredes y pisos de algunas viviendas.
Esa grieta se fue haciendo cada vez más grande y semanas después ocurrió el desprendimiento del material en la corona del talud. Apenas hubo tiempo de que las familias sacaran sus bienes y desalojaran, pues un nuevo deslizamiento dejó las casas a unos cuatro metros de profundidad y convertidas en ruinas. Colapsaron 27 viviendas y las autoridades emitieron 31 órdenes sanitarias con la declaratoria de inhabitables, forzando a las familias que vivían ahí al desalojo.
Desde entonces, pese a problemas económicos, falta de oferentes y otros atrasos, la coordinación con la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) y la Municipalidad de Desamparados evitó que el resto de la urbanización corriera la misma suerte.