Como cada verano, el continente y las islas griegas son elegidos por decenas de celebridades, líderes políticos y miembros de las principales casas reales del mundo como lugar para pasar unos días de descanso. El pasado fin de semana, las cámaras captaban el espectacular séquito que acompañó a Lalla Salma y el Príncipe heredero de Marruecos en su llegada a la isla de Miconos . Doña Sofía también visitó la isla de Creta recientemente y en compañía de su hermana, la princesa Irene, para asistir a la inauguración de una exposición dedicada a Picasso y la Antigüedad. Ahora le ha tocado el turno a los monarcas de los Países Bajos quienes, según la prensa local, habrían vuelto a Grecia para disfrutar, durante las próximas semanas, de su lujosa villa en la localidad de Kranidi, en el Peloponeso. En 2012, y tras una inversión fallida en Mozambique, Guillermo Alejandro y Máxima, tras la venta del resort que habían comprado en el país africano, decidieron invertir en Grecia, concretamente en el Peloponeso, zona de la que se habían quedado enamorados tiempo atrás, cuando acudieron a la boda de Nikolás, el sobrino de Doña Sofía y Tatiana Blatnik en la cercana isla de Spetses. Impresionados por las cristalinas aguas trasparentes, el paisaje mediterráneo, la rica gastronomía y la calidad de vida de la zona, a escasa distancia de Porto Jeli, localidad donde está ubicadο el palacio del difunto exmonarca de Grecia y hermano de Doña Sofía, Constantino, conquistaron a los entonces Príncipes de Holanda y, gracias a la ayuda de la Familia Real helena, consiguieron encontrar la casa de sus sueños. Adquirida al fotógrafo alemán Manfred Ricker por algo menos de 5 millones de euros , la villa es un auténtico paraíso terrenal que cuenta con más de 4 mil metros cuadrados, pista de tenis, piscina, playa y puerto privado y unas espectaculares vistas al Golfo del Sarónico. Con tres edificios independientes, la habitación principal, de 100 cuadrados, cuenta con su propio jacuzzi y todo lujo de comodidades. La decoración de la villa estuvo a manos de Máxima, que cuidó cada uno de los detalles. En otoño de 2022 e invitados por la Presidenta de la República de Grecia, Katerina Sakelaropulu, los monarcas realizaron su primera visita oficial al país heleno donde, además de varias visitas culturales, incluida una guía privada a la Acrópolis, participaron en varios eventos humanitarios. Durante la reunión con Sakellaropoulou, el Rey Guillermo subrayó que cada vez que él y su familia visitan Grecia es «como volver a casa», mientras que Máxima se ha declarado en múltiples ocasiones amante de la cultura griega . Apasionado de los deportes acuáticos y los barcos, Guillermo Alejandro es pillado cada verano por los paparazzi al mando de su embarcación de lujo valorada en 2 millones de euros, con las que suele recorrer las calas y las islas cercanas a su villa. Poco después de la adquisición de la mansión, la embajada de Holanda en Atenas solicitó a las autoridades helenas la instalación de un sistema de seguridad y la adopción de medidas para proteger al acceso a la propiedad desde el mar. Finalmente, a través de una decisión ministerial, se aprobó la solicitud holandesa; instalándose cámaras en los alrededores del recinto y construyéndose un puerto privado que fue motivo de duras críticas por buena parte de la sociedad griega por considerar que la familia real holandesa no tenía permiso para las obras del embarcadero. Los monarcas fueron fuertemente criticados por el pueblo holandés tras viajar a Grecia para disfrutar del buen tiempo y el mar en el peor momento de la pandemia de la Covid-19 en los Países Bajos, cuando los casos se contaban por centenas y los alemanes se encontraban confinados. La noticia de la partida de los monarcas se filtró a la prensa y tras el escándalo se vieron obligados a regresar a palacio y pedir perdón por «haber traicionado» a los ciudadanos, en un episodio que Guillermo Alejandro definió como «su mayor error desde que lleva en el trono». Un año después de adquirir la villa, Guillermo Alejandro se convertía en el primer rey de su país tras 123 años de gobierno femenino, tras la abdicación de su madre, la Reina Beatriz quien reinó el país desde 1980 a 2013. Los monarcas de Holanda se conocieron en Sevilla y se casaron en 2002. Fruto de su matrimonio nacieron sus tres hijas, Ariane, Alexia y la Princesa heredera Amalia.