A veces, no siempre, la testosterona no es buena. Depende de la dosis. Cuando hay un exceso, se pierde el equilibrio. Santiago Abascal decidió hace más de un año dejar que el alma ultra de Vox se hiciera con los mandos dejando marchar (y que se echara) a quienes encarnaban el alma más liberal del partido . Esos que daban su opinión y discutían internamente cuando no estaban de acuerdo con algo, que advertían «hay que pensar esto un poco más», «por aquí no vamos bien» o «tenemos que pensar en gobernar». Todos ellos, con Iván Espinosa de los Monteros a la cabeza, eran los que hacían de dique de contención ante los excesos de Jorge Buxadé y compañía. Volado...
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