Contra pronóstico, el Partido Socialista ha demostrado esta semana estar muy decididos a ir adelante con una operación temeraria: transformar a los responsables de uno de los mayores fraudes en la historia española en víctimas de una cacería política. Embarcarse ahí es un operación mu peligrosa, casi suicida, donde casi todo puede acabar muy mal. Como la aventura equinoccial de Lope de Aguirre o la carrera de Scott en la Antártida, hay desafíos que parecen muy locos desde su planteamiento. Y esto del PSOE lo es. Al devolver los ERE al primer plano, con la máxima relevancia en la agenda, el PSOE se la juega. Ese fraude y toda la corrupción adherida adiposamente con su retablo de protagonistas golfos, aún...
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