El sector pesquero , perjudicado por el abandono de la dieta mediterránea, ve como el consumo de sus productos sigue en la tendencia vertiginosa de descensos. En los últimos diez años, el consumo de pescado en España se ha desplomado alrededor de un 30%, según los datos proporcionados por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), y a cierre de año ha registrado el dato más bajo en volumen de toda la serie histórica. Además, desde 2008, cuando comenzó el registro, la caída acumulada alcanza el 34%, mientras que cerca de un 40% de españoles admite consumir menos. ¿La principal razón? Según los consumidores entrevistados por el Ministerio de Agricultura en el 'Barómetro del clima de confianza del sector agroalimentario' , el precio. Así lo indican el 88%, es decir, casi nueve de cada diez personas que han menguado su ingesta de este alimento. La caída de la ingesta afecta a toda la cadena, del mar a la mesa. «Lo vivimos con preocupación», lamenta el secretario general de Cepesca, Javier Garat. No obstante, a pesar del dramatismo de los datos, el Gobierno se niega a reducir el IVA como ha hecho con otros productos. La explicación, según Agricultura, es que el pescado no cumple con los requisitos establecidos para ser incluido en la lista de alimentos con rebaja fiscal: «Cuando se tomó la decisión se incluyeron aquellos productos que tenían mayor peso en la cesta de la compra y que estaban entre los que más se encarecen, el pescado no cumplía con estos criterios», detallan desde el ministerio a este periódico. La rebaja o eliminación del IVA a los productos pesqueros en todas sus presentaciones comerciales (refrigerado, congelado, conserva, ahumado, etc.) es una reivindicación histórica del sector intensificada durante los últimos años a raíz de su exclusión como un alimento básico. Por este motivo no ha podido beneficiarse de las medidas adoptadas por el Ejecutivo desde mediados de 2022 para reducir su precio tras la espiral inflacionista derivada de la guerra en Ucrania. La exclusión, según el sector, hace que los productos «sean percibidos erróneamente como más caros y prescindibles». Desde el sector aseguran que, a pesar de la negativa del Ejecutivo, seguirán reclamando la medida: «El ministerio dice que hay que aumentar el consumo. Sería una forma de dar un impulso». Desde la asociación de empresarios aprovecharon los comicios europeos para elevar la reclamación en Bruselas. El problema del descenso en el consumo se intensifica cuando se tienen en cuenta otros problemas del sector: «Se traslada a toda la cadena. Sobre todo, el desánimo se ve entre los pescadores, que sienten que su trabajo no está valorado». Cepesca y Fedepesca agregan que otra de las reivindicaciones es la reducción de la burocracia -demanda que también forma parte de la lista de los agricultores y ganaderos-. En concreto, creen que las normas europeas «aprietan» al sector y que las exigencias medioambientales son «imposibles de cumplir». Además, agrega Fedepesca, «la sobrecarga burocrática impide, en numerosas ocasiones, el efectivo cumplimiento de los trámites» y piden «una regulación que se ajuste a las capacidades del sector». Además, en los últimos meses las asociaciones también han reclamado ayudas al ministerio por el aumento de costes de explotación y que se reconozcan los coeficientes reductores de la edad de jubilación -que adelantaría el retiro de los profesionales de la pesca-, ya que, según consideran, estaría justificado por las condiciones del trabajo en el sector. Todo este conjunto de circunstancias, advierten, ponen en duda la rentabilidad del sector . No obstante, admite Garat a ABC, también son necesarias otras medidas. «La promoción hemos visto que funciona. El ejemplo claro es el del salmón noruego, que ha incrementado sus ventas gracias a la publicidad -de hecho, se encuentra entre las especies más consumidas junto a la dorada, la lubina y el rodaballo; mientras baja la merluza, la sardina y el boquerón-.Necesitamos mucha más promoción de nuestro producto. Para eso debe haber colaboración público-privada», resume Garat. El ministerio, en este sentido, asegura que «se quieren hacer medidas de promoción inmediatas y de calado, con el fin de comenzar a revertir de manera inmediata esta situación». Las medidas -explican- «deben tener como objetivo aumentar el consumo y mejorar la reputación de nuestro sector extractivo, y deben también ir dirigidas especialmente a los jóvenes». Los que tienen entre 25 y 39 años son los que menos pescado consumen. Además, compran sobre todo pescado congelado y conservas, las opciones más baratas y que menos tiempo consumen.
