Luisa Roldán, pionera del arte y en el Museo Nacional de Escultura

Figura sobresaliente del arte español, eslabón imprescindible de una familia de artistas, matriz de una obra excelsa, manos a las que le costó rubricar como propias algunas de las piezas más importantes de la escultura andaluza y, sin embargo, reconocida casi inmediatamente después de su fallecimiento, un hito en un sociedad eminentemente masculina. Luisa Ignacia Roldán (1652-1706), sin el sobrenombre derivado de su apellido, el de su padre y maestro del Barroco Pedro Roldán, será la protagonista de la primera retrospectiva dedicada a una mujer en el Museo Nacional de Escultura , institución estatal dependiente del Ministerio de Cultura, con sede en Valladolid. La muestra se desarrollará entre el 28 de noviembre de 2024 y el 9 de marzo de 2025, y ocupará ocho salas del edificio de exposiciones temporales del museo, enfrente del Palacio de Villena. El título de esta exposición, comisariada por Miguel Ángel Marcos , conservador del Museo Nacional de Escultura, y Pablo Amador , investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM (México), supone un juego de palabras: 'Luisa Roldán. Escultora Real' . Por un lado, y según destaca Miguel Ángel Marcos, alude a que la artista fue escultora de cámara, con el último Austria —Carlos II— y el primer Borbón —Felipe V—. Y, por otro lado, «porque fue una escultora de verdad, una artista con una capacidad al máximo nivel, al mismo que los mejores de su momento, independientemente de su condición femenina». La muestra, que exhibirá unas 55 obras —32 de ellas producción de La Roldana— servirá además para reflejar el contexto artístico y social en el que la escultora desarrolló su prolífica carrera, desde su etapa de formación en el taller familiar sevillano hasta el éxito logrado en la corte madrileña. «La documentación de carácter personal es limitadísima, obtener nuevos datos va a ser más difícil», explica el comisario sobre el apartado vital de la artista. En cambio, los estudios sobre su obra sí son abundantes, con un continuo baile de atribuciones y restauraciones. Algunas de ellas podrán admirarse en este monográfico, que supone un salto cualitativo al que se le dedicó en 2007 en el Alcázar de Sevilla en el marco de 'Andalucía barroca' . Aunque por razones de coste de transporte y seguridad la exposición no contará con representación del catálogo de obras que se albergan en el extranjero, especialmente en EEUU y su Hispanic Society , donde la artista es objeto de coleccionismo, en 'Luisa Roldán. Escultora Real' sí habrá una completa variedad de piezas del ámbito hispano, entre ellas «recientes e interesantes adquisiciones» del Museo Nacional de Escultura y otras procedentes de la península y las islas. En este sentido, destaca un San Antonio de Padua de Tenerife. Obviamente, muchas de las obras provienen de Andalucía y, especialmente, de la provincia de Sevilla. Marcos subraya los «generosísimos préstamos» del Museo de Bellas Artes del relieve de la ¡'Virgen de la Leche' y un busto en madera de un San Juanito que recientemente se disfrutaron en la exposición 'Pedro Roldán, escultor (1624-1699)' realizada en la pinacoteca sevillana con motivo del IV centenario del nacimiento del maestro. La hermandad de la Exaltación también contribuye a la retrospectiva con algunas tallas de su paso de misterio. Sobresalen los dos ladrones, considerados de las mejores figuras secundarias de la Semana Santa sevillana, así como dos ángeles y otros dos relieves. Por su parte, la Hermandad de las Tres Caídas presta dos pequeñas figuras de Pedro Duque Cornejo , sobrino de Luisa Roldán. La obra de la familia de la artista está asimismo representada con una escultura de San Roque firmada por Pedro Roldán que forma parte del retablo mayor del Hospital de la Caridad en Sevilla, o una talla de la Colegiata del municipio aljarafeño de Olivares atribuida a una de sus hermanas, Josefa Roldán . «Nacer en la casa de un escultor de esa importancia, en un taller que funcionaba como un reloj, permitió que estas mujeres pudieran dedicarse a oficios o actividades muy físicos como el de la escultura», destaca uno de los comisarios de la muestra que, no obstante, lamenta que en esa época sus capacidades se vieran «oscurecidas» por los hombres. Luisa Roldán abrió su propio taller en el que su marido, Luis Antonio de los Arcos, ejercía de ayudante. También viajará a Valladolid la figura de un San Francisco de Huévar del Aljarafe , que hasta ahora se ha podido ver poco en exposición. En el capítulo de recientes incorporaciones al catálogo de La Roldana se encuentra un San Juan de Dios procedente de Sanlúcar de Barrameda . La provincia gaditana aporta además las esculturas de los santos patronos de la capital, San Servando y San Germán —prestados por el Cabildo Catedral de Cádiz—, consideradas como dos de las obras maestras de la imaginera por su destreza técnica y su espíritu devocional. La retrospectiva, que busca especialmente que sea «agradable de ver», no tendrá una disposición como la de la exposición del Bellas Artes, en las que todas las piezas lucían abigarradas, pero sí tendrá combinaciones excepcionales, como dos niños nazarenos, uno de Granada y otro de Madrid, a los que rara vez se les ve juntos. Otra de las joyas de la muestra es el imponente conjunto de la 'Cabalgata de los Reyes Magos', cuya presentación íntegra de sus 19 piezas será uno de los principales atractivos de la misma. Obras procedentes de León y Guadalajara completan una exposición que además de acercar al gran público la producción de la escultora sevillana, tiene un marcado carácter científico . Múltiples especialistas participarán en la elaboración de un catálogo que atienda a todas las facetas de la Roldana, y que «se ponga en otro gran escalón, al nivel de su obra», subraya el comisario. También se editará la tesis doctoral de Elena Amat , la primera dedicada en exclusiva a Luisa. Se trata de un documento escrito en 1927 y aún inédito, que pondrá en valor tanto a la escultora como a su estudiosa, ambas pioneras en sus ámbitos. «Su fama se ha mantenido relativamente bien a lo largo de los siglos. Una anécdota, cuando en 1933 se constituyó como tal el Museo Nacional de Escultura, se habló de que no tenía obras ni de Salzillo ni de Luisa Roldán. Esa reparación, la incorporación de sus obras y poner en valor la producción de la Roldana, es algo que este museo ha cumplido desde siempre. En ese sentido, no ha sido un intento de querer subirnos a un tren de popularidad», explica el conservador. De momento, y según fuentes de Cultura, no se ha planteado la itinerancia de esta exposición dada la complejidad del montaje, así que la de Valladolid será una posibilidad única de admirar la riqueza del legado de una artista que, en sus últimos días, realizó una declaración de pobreza.