Hace más de diez años que llevó en su coche de Alicante a Orihuela a tres mujeres que fueron detenidas por cometer hurtos en dos supermercados y aunque él se limitó a esperarlas en su vehículo fue condenado en 2019 a doce meses de prisión, una pena que ha comenzado a cumplir esta semana en la prisión de Fontcalent después de que el juzgado oriolano que le condenó revocara la suspensión de la ejecución de la pena. Antonio, nombre ficticio de un varón de 32 años que prefiere guardar el anonimato porque ha rehecho su vida y regenta un pequeño negocio con el que mantiene a sus dos hijas de 2 y 14 años y a su mujer, que no puede trabajar por una enfermedad que padece, no ha vuelto a delinquir, como le exigió el juzgado para darle la suspensión, pero no realizó los seis meses de trabajos en beneficio de la comunidad que le impusieron para eludir la cárcel y ese incumplimiento ha provocado su encarcelamiento.