Cuidar la frontera por un país entero
GUANTÁNAMO. — No hay miedo en sus rostros ni en sus miradas, pero pudieran tenerlo: están a escasos metros del enemigo más poderoso que tiene este país, frente a quienes nos asedian todos los días; sin embargo, ellas y ellos, en el esplendor de su juventud, se ven tan seguros y dispuestos en la primera línea de esta misión que su firmeza impresiona y alienta.
«Estar aquí es para mí un privilegio, mientras mi mamá y mi familia están durmiendo y muchos de mis compañeros también, hay quienes estamos en una posta cuidando por su sueños; yo soy capaz de velar por un país entero. De eso me siento muy orgulloso y sé que Fidel también lo está, como Raúl. Ellos, como nuestro pueblo, se regocijan de tener aquí, en la primera trinchera antimperialista, a jóvenes como nosotros, que cuidan de la vida de millones de cubanos, incluyendo la de nosotros mismos».
Lo expresó sin titubeos uno de los soldados que cumple su servicio militar activo en la Brigada de la Frontera, Orden Antonio Maceo, donde los insomnes centinelas, junto a decenas de oficiales, preservan la integridad de la patria en el perímetro fronterizo del pedazo del territorio nacional que, por la fuerza y sin moral, el enemigo usurpa contra la voluntad de la Mayor de las Antillas.
Precisamente en esta unidad «ejemplar entre ejemplares», como la definió el General de Ejército Raúl Castro Ruz, donde hace casi 60 años comenzó la construcción de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), donde las nuevas generaciones hacían frente a las constantes provocaciones y agresiones del enemigo. Entonces, ese extraordinario hecho acaecido el 15 de julio de 1964 marcó una etapa superior de trabajo en la institución armada.
Por eso, resultó relevante el encuentro que en días recientes sostuvo Meyvis Estévez Echevarría, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, con los magníficos jóvenes de la Brigada, de quienes escuchó su decisión de mantenerse firmes en el cuidado de la tranquilidad del pueblo. Fue una jornada especial e intensa de diálogos y vivencias en varias unidades, tanto para soldados como para la comitiva de la organización juvenil. Saberes compartidos, crecimiento mutuo y la constatación de que seis décadas después de ese acontecimiento continúan llegando hasta aquí jóvenes con igual compromiso y entrega.
Fundadores que acompañaron todo el recorrido —los mismos que cada mes reciben a los muchachos y muchachas en este sitio para hablarle de su trascendencia y del deber de no ceder ante provocaciones de ningún tipo—, aseguraron que contar con estructuras de la UJC en las unidades devino necesidad, propiciada por la valía de los jóvenes que ingresaban a las FAR y contribuyó a cohesionar más a la tropa y elevar sus principios revolucionarios
De ello habló, igualmente, la Primera Secretaria de la organización juvenil, quien compartió importantes reflexiones acerca de la necesidad de fortalecer la labor ideológica y la preparación política, no solo para las misiones que cumplen ahora mismo, sino para enfrentar las tareas futuras, para seguir acompañando el desarrollo del país una vez que concluyen el servicio militar.
«A nosotros nos queda claro que ustedes representan a Cuba ante un enemigo que nos acecha y, por eso, cada vez nos sentimos más orgullosos de la
hazaña que realizan, de su elevada preparación, disciplina y responsabilidad, de que sean fieles defensores de la patria», aseguró Estévez Echevarría, quien se interesó por cómo viven los muchachos y muchachas en las pequeñas y medianas unidades y quien tuvo testimonios de satisfacción por las condiciones de los dormitorios y las demás áreas.
También reconoció la importancia de la presencia de la mujer en la defensa de la Revolución, como herederas del legado de Vilma, precursora de la incorporación de las féminas en el Servicio Militar Voluntario, así como insistió en la necesidad de seguir ganando en el proceso de incorporación, en el diseño de actividades para la formación integral y de espacios para el esparcimiento.
Fueron también temas analizados durante el chequeo de la Vanguardia Combativa Ramón López Peña, que —dirigida por la Unión de Jóvenes Comunistas—, promueve la captación y atención a jóvenes, sobre todo, del oriente del país, para que en la Frontera cumplan su servicio militar, porque como decía uno de los soldados, «estar aquí entraña, además de disciplina y sentido del deber, una doble y constante entrega en las tareas, es amor por la Revolución, es una experiencia excepcional».
El encuentro posibilitó conocer cuánto se ha avanzado en el fortalecimiento de la labor política e ideológica, sobre el papel que en este frente de trabajo deben desempeñar los dirigentes de la organización y su necesario vínculo con las tareas que se planifican por el mando y, sobre todo, la necesidad de seguir atendiendo a quienes no son militantes de la organización.
El general de división Víctor Rojo Ramos, jefe de la Dirección Política de las FAR, destacó que el acompañamiento de la UJC a la Brigada y, en especial, a quienes en ella cumplen el servicio militar es esencial, es muy importante. «A los jóvenes hay que escucharlos, motivarlos, sumarlos… Ustedes tienen la imperiosa necesidad de mantener nuestras conquistas, ustedes son los que empujan la obra de la Revolución, el futuro está en sus manos», señaló.
Las emociones por las experiencias compartidas estuvieron a flor de piel en aquellos rostros jóvenes, cuya edad promedio ronda los 19 años, en aquellos pinos nuevos que están en la primera línea de combate y hablan con el corazón. Momento conmovedor fue llegar hasta el sitio donde el joven Ramón López Peña, aquel 15 de julio de 1964, tuvo su entrevista para ingresar a la UJC con solo 17 meses en el batallón de la Frontera, donde resultó ejemplar durante el proceso de construcción de la organización en las FAR.
«Quiero ser comunista», había escrito en su solicitud, como pudieron ver los participantes en la tarja que recuerda el honroso suceso. Cuatro días después las balas asesinas de marines yanquis desde la ilegal base naval le arrebataban la posibilidad de ver realizado su sueño. No obstante, sus cualidades y aptitudes convirtieron a Ramón López Peña, póstumamente, en el primer militante de la organización política en la institución armada.
Precisamente a él, y a los también jóvenes Luis Ramírez López, José Rafael Pérez Cutiño, Maximiliano Domínguez Domínguez y Luis de la Rosa Callamo, caídos en cumplimiento de diferentes misiones, la Primera Secretaria de la organización rindió homenaje, junto a sus homólogos del oriente del país; Dany Rivera Marrero, jefe de la Sección UJC en las FAR, y los dirigentes de los principales mandos de la vanguardia política juvenil en la institución armada, que por vez primera asisten a esta actividad.