Bruno Hortelano: «No he conseguido ir a París, ahora quiero buscar trabajo»
Siempre ha sido un atleta especial. Bruno Hortelano (32 años, plusmarquista nacional de 100, 200 y 400 metros) sorprende siempre con sus cambios de vida, de métodos de entrenamiento, de objetivos, de distancias de competición, de filosofía, de actitud ante la vida. Tras un año irrelevante, apareció de golpe hace unos días en La Nucía y logró un buen crono en 400 metros (46.28), cuando salía de la nada y cuando ya no le quedaba tiempo para buscar el sueño olímpico. No competirá en París. Pero parece feliz. -Usted es siempre una incógnita. -Por fin he podido sacar algo de los buenos entrenos que he realizado este año. -Parece un atleta Guadiana... -Sí. Le cuento mi circunstancia. Toda mi preparación iba bien hasta que el 2 de enero caí con el Covid, cortó totalmente mi temporada de invierno. Quería correr 100 y 200, pero esta infección me dejó muy chafado. Estuve enfermo dos semanas y cuando volví a entrenar ya no era el mismo. Estaba muy débil y tenía muchos dolores en el cuerpo. -¿Cuándo se recuperó? -En marzo. Ese mes hice entrenos muy buenos, pero muy, muy buenos. Hacía series de 200 metros en 20 segundos y pocas décimas. Me ilusioné mucho y pensé que este verano iba a correr por debajo de 20 segundos. Ése era mi objetivo para los Juegos Olímpicos. No lo veía descabellado. -Compitió en mayo en Tenerife, pero no muy bien. -El problema es que caí enfermo otra vez en abril y estuve otra vez mal seis semanas. Fue algo así como una bronquitis alérgica. Y a eso se sumó una lesión en el tendón de Aquiles de mi pierna derecha. Fui a Tenerife con mucha incertidumbre. Y competir con incertidumbre no es nada bueno. Hice una carrera mala (21.25 en 200) y ahí nos replanteamos todo. Decidimos apostar por los 400 metros, una prueba de menos estrés físico para mi. Yo buscaba la mínima olímpica: 45.00. -Pero ha competido poco... -Iba a competir en Guadalajara en junio. Cuando llegué a la pista ya era tarde: estaban a punto de salir los 400 metros. Habían cambiado el horario, lo adelantaron una hora y tuvimos un problema de comunicación. Me enfadé mucho. Ahora lo estoy pensando y me resulta surrealista. -Eso es de principiante. -Francamente, sí. Jamás me había pasado. -¿Por qué no participó en los Nacionales? -Porque no pude clasificarme. Entraban los 24 primeros del ranking español ¡Y fui el 25! Es curioso. Buscaba la clasificación para los Juegos y ni siquiera me clasifiqué para los Campeonatos de España. ¡Esto no me lo podía ni imaginar! Tuve mucha frustración y desmotivación. -Pero luego mejoró con una buena carrera el 7 de julio. -Sí. Corrí bien, pasé el 300 en 32.3 y esto me ha dejado un buen sabor de boca. He acabado la temporada con buenas sensaciones y muy apoyado por mi familia. Mi mujer Eveline y mi hija Vega, de un año, me han cambiado la vida, me han vuelto a poner los pies en la tierra. -¿No va a seguir con la temporada? -No. Y la verdad, tampoco han surgido más oportunidades. Me ha quedado con las ganas de hacer un buen 200, o sea que voy a hacerlo en un test, entrenando, para mi. Y se acabó. -¿Cuál es su balance? -Pues que sé que he estado bien en los entrenamientos, pero no lo he conseguido en la competición. -Se cierra así su ciclo olímpico. Un ciclo frustrante, ¿no? -Sí. Vi que tenía un gran potencial, pero no ha sido posible. No he corrido lo suficiente. -¿Cree que su accidente de tráfico de 2016 ha impactado en el desarrollo de su carrera deportiva? -Mentalmente, no. En la motivación y en la preparación, no. -¿Dónde está el Hortelano de 10.06 y 20.04? ¿Ya no es usted el mismo? -Déjeme pensar esta respuesta. (Silencio muy largo) Hay un aspecto en el que sí me afectó mucho el accidente de tráfico. Mi capacidad para mantenerme sano en el tiempo cayó mucho. Me he lesionado mucho más después del accidente y con más frecuencia. Y he buscado otros métodos de entrenamiento, con menos intensidad, menos estrés. A nivel de salud, esto ha sido un viaje muy largo: no cabe en esta entrevista. -¿Qué planes tiene para 2025? -No tengo planes para el año que viene. -¿Por qué? -Porque hace un año nació mi hija. Con los de mi mujer tenemos tres niños en casa. Mi prioridad ahora es encontrar una vía sostenible para que mi familia esté bien, en todos los sentidos. Yo en este momento no puedo llamarme deportista profesional. Ahora quiero buscar trabajo. Y dedicar el tiempo restante a mi familia. Y si sobra, tiempo para el atletismo. -¿Qué tipo de trabajo se plantea buscar? -No lo sé. Me han gustado mucho las conferencias que he estado dando, muy centradas en la motivación, las he disfrutado. Es posible que me enfoque por ahí. Creo que tengo conocimientos y experiencias que aportar. Me gusta buscar mi propio horizonte. El camino se abrirá por sí solo. -Quizá se plantea a partir de ahora practicar un atletismo más amateur, con menos dedicación. -No. Eso nunca. Soy muy competitivo. -¿Usted ha mostrado siempre una vertiente muy espiritual. ¿Sigue interesado en el taoísmo? -No, ya no estoy ahí. Son textos que analicé mucho, me afectaron. Integré lo que me pareció útil. Ahora estoy tocando tierra, en una fase lo más terrenal posible. Tener una hija y una familia. El enfoque ha cambiado: ese lado espiritual ocupa ahora un segundo plano. Mi hija me ha dado mucha perspectiva, me ha enseñado la importancia de valorar cuando estás bien. Mi hija también me ha liberado de la presión del atletismo. Esto lo hablé con Adel Mechaal, cuando todo esto termina, las medallas se van al armario y te olvidas de ellas. Pero tu familia, tu gente, el amor... eso es algo real. Es lo importante. En la vida tienes que invertir en eso. -¿Cómo se definiría desde el punto de vista religioso? -No soy religioso. No sigo ningún dogma. He buscado evidencias para mi razón de vivir, con mi propia experiencia, con la experiencia de otros y buscando la sabiduría a través de mis propias manos. No soy dogmático en ninguna religión. Soy espiritual. -¿Qué echa de menos de cuando vivía en estados Unidos? -Los otoños. Aquellos otoños tan coloridos de Nueva York. -¿Va a ver los Juegos? -¡Claro! me encanta el atletismo y quiero disfrutarlo. Quiero ver a los españoles. En realidad, los que compiten allí nos van a representar a los que hemos querido clasificarnos para París, hemos hecho el ciclo olímpico, la Olimpiada, pero hemos tenido problemas y no hemos conseguido llegar hasta allí. Los de Tokio no los vi porque quedé muy frustrado al no poder ir tampoco. -¿Qué fue de aquel documental que estaban filmando sobre su vida? -Han estado cinco años grabándome. Se estrena el día 31. En Movistar+.