Trabajo obliga a Desigual a pagar más de 800.000 euros por emplear a una veintena de falsos autónomos
Una inspección laboral constata que hasta 26 personas del departamento de marketing de la multinacional en Barcelona acudieron a diario a la oficina sin tener ninguna vinculación contractual
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A falta de menos de una semana para Navidad, dos inspectores del Ministerio de Trabajo se presentaron en la sede de la multinacional de moda Desigual en Barcelona. Les recibió, al cabo de unos minutos, la directora de Recursos Humanos, que les invitó a entrar en una salita anexa a la recepción.
—Venimos a hacer un control de empleo de todos los trabajadores, por cuenta propia y ajena, de vuestro departamento de marketing —le dijeron los inspectores.
La responsable de Recursos Humanos les respondió que creía que eso no iba a ser posible. Que en la sede trabajaban más de 600 personas y no tenía ningún medio para saber si los autónomos que colaboran con ese departamento estaban en el edificio.
El relato está extraído del resumen de las actuaciones que practicaron los inspectores, obtenido por elDiario.es. Tras unos minutos de conversación, finalmente acompañó a los inspectores hasta la segunda planta del edificio, donde les recibió la directora de marketing y el responsable de contenidos del departamento.
Los inspectores empezaron a entrevistar al personal y encontraron lo que les habían denunciado: un departamento de una gran multinacional en el que, según las conclusiones de Inspección de Trabajo, buena parte de los perfiles creativos eran falsos autónomos.
Trabajo ha impuesto a Desigual el pago de 822.501 euros tras constatar esa presunta irregularidad. El pago exigido, que es recurrible, es en concepto de las cantidades presuntamente defraudadas a la Seguridad Social con un 20% adicional de recargo, según figura en la documentación a la que ha tenido acceso este periódico.
Contactados por esta redacción, desde Desigual han rechazado hacer ningún comentario sobre el caso. La empresa cuenta oficialmente con más de 500 empleados.
Empleados con horario fijo pero sin contrato
Al entrar en las oficinas, los inspectores se encontraron a diseñadores gráficos, directores de arte, personal de producción, copywriters, editores de vídeo, creadores de contenido… Algunos llevaban hasta cuatro años trabajando a tiempo completo sin haber firmado ningún contrato. Cada mes hacían una factura idéntica, fuera cual fuera su carga de trabajo, siempre según las conclusiones de la Inspección de Trabajo.
La mayoría de estos autónomos declararon que les obligaban a acudir a diario a la oficina, con la excepción del viernes que podían trabajar desde casa como el resto de la plantilla. Tenían un horario estipulado, correo corporativo, taquilla y tarjeta de acceso al edificio. Si estaban enfermos debían avisar a sus superiores.
Casi todos disponían de 22 días de vacaciones remuneradas, que cobraban haciendo una factura simulando haber trabajado. Algunos de los empleados, sin embargo, explicaron a los inspectores que sólo tenían ocho días de asueto al año más una compensación por horas extras. Todos afirmaron que los días de descanso debían ser aprobados por sus superiores.
Algunos empleados explicaron a los inspectores que sólo tenían ocho días de vacaciones al año.
Al día siguiente a la inspección laboral, Desigual comunicó a seis de estos autónomos que se quedaban sin trabajo. Se les entregó un documento fechado el 18 de diciembre, día anterior a la visita de los inspectores, en el que se les ofrecía una suma de dinero como indemnización y a cambio de no emprender ninguna acción legal ni administrativa ante cualquier órgano, incluyendo la Inspección de Trabajo.
Otros trabajadores, en cambio, recibieron ofertas de trabajo fijo en la empresa durante la semanas posteriores a la visita de Inspección de Trabajo.
“El contrato laboral parecía la gran cosa a conseguir”
Los empleados entrevistados, que han accedido a relatar lo sucedido bajo condición de anonimato, describen un departamento en el que obtener un contrato laboral parecía la gran aspiración de buena parte de los trabajadores con perfiles creativos.
“El contrato laboral parecía la gran cosa a conseguir”, explica un antiguo empleado, que estuvo varios años como falso autónomo y pidió a sus superiores en más de una ocasión formalizar su relación laboral. “Siempre me respondían que no era un buen momento, pero que en algún momento llegaría”.
Tres empleados del departamento llegaron a irse de Desigual después de exigir de manera reiterada que les hicieran un contrato y obtener la negativa por parte de la empresa, según declararon a Inspección Laboral.
Al día siguiente a la inspección laboral, Desigual comunicó a seis de estos autónomos que se quedaban sin trabajo y les ofreció dinero a cambio de no emprender ninguna acción legal ni administrativa
Entre junio de 2021 y septiembre de 2023, meses antes de la inspección, hasta cinco autónomos del departamento habían sido despedidos sin ningún tipo de indemnización ni derecho a subsidio de desempleo. Algunos llevaban hasta cuatro años trabajando sin contrato a tiempo completo en el momento de ser despedidos.
Tres de estos empleados demandaron a la empresa ante Trabajo y, durante la conciliación previa, pactaron con Desigual una indemnización que osciló entre los 8.500 y los 22.000 euros.
Palos en las ruedas a la Inspección laboral
En su informe, los inspectores reprocharon a Desigual su falta de colaboración para esclarecer la situación laboral de sus empleados. Por ejemplo, le afearon que no les remitiera el calendario de vacaciones en el que tanto los empleados contratados como los autónomos se organizaban los días de descanso.
“El documento solicitado sencillamente no existe”, alegaron desde la compañía ante las reiteradas solicitudes de Trabajo. Tanto los correos electrónicos de los empleados como las entrevistas demostraron que ese calendario sí existía y los inspectores lograron acceder a él.
El informe reprocha también los intentos de Desigual de frenar, el día siguiente a visita de los inspectores, las reclamaciones de los autónomos a cambio de una suma de dinero si se comprometían a no colaborar con la inspección laboral ni acudir a la justicia.
“Que [la empresa] pretendiera que los trabajadores firmaran un documento, fechado el día anterior a la visita de inspección, y que renunciaran expresamente a la incoación de un expediente por parte de la Inspección de Trabajo, se debe calificar como un intento de perturbar, retrasar o impedir el ejercicio de la función inspectora”, apunta el documento.
El día de la visita, los inspectores se cruzaron con uno de estos autónomos por las escaleras del edificio. Le dijeron que tenían que hacerle unas preguntas y el empleado les respondió que iba a hacer una gestión y después se reuniría con ellos.
El trabajador, sin embargo, no apareció más ni respondió al teléfono. Cuando le emplazaron a acudir a las dependencias de Inspección de Trabajo, al cabo de unas semanas, el empleado dijo que ese día desapareció de las oficinas porque debía atender una cita con una clienta en Barcelona.
No era cierto: los registros de entrada y salida demostraron que el empleado estuvo en las oficinas hasta las 13.45h, mientras los inspectores estuvieron entre las 11 y las 12:30h.
Dos meses después de esa misteriosa desaparición, Desigual le ofreció a este empleado un contrato fijo de trabajo.