La España B no funciona
Santi Denia quiso dar oportunidades a los que menos juegan y le salió mal. España se estrelló contra el calor y contra el ritmo cansino de los egipcios, un equipo que penaliza al máximo los errores del rival y que condena a la selección española a la segunda plaza y a un cruce contra Japón que no tiene por qué ser peor que cualquier otro.
El seleccionador dio oportunidades a todos los reservas, esos cuatro futbolistas que sólo pueden actuar en caso de lesión o sanción de algún jugador de los 18 principales. Contra Egipto cabían todos, tres desde el comienzo y Juanlu, que ya había jugado contra República Dominicana, a partir del descanso.
No fue culpa suya que España no pudiera con Egipto. Iturbe, el portero suplente, evitó varios goles más de los árabes, que encontraron la portería a partir de las equivocaciones de España en defensa. Miguel Gutiérrez no aguantó el cuerpeo de Zizo y dejó el camino libre para que egipcio encontrara al extremo del otro lado, Adel, al borde del área. Nada pudo hacer Iturbe para que el balón no entrara en la portería.
Ya había advertido Egipto en el partido contra Uzbekistán de que necesita poco para ganar los partidos. Un gol de rebote le bastó entonces y contra España con espacios y algún regalo fue suficiente.
Porque el segundo fue una donación de Pacheco, que quiso enviar atrás para Mosquera con su pierna mala, la derecha, sin darse cuenta de que era Adel el que esperaba el pase. El extremo egipcio no perdonó el uno contra uno.
El segundo gol de los africanos llegó cuando España parecía que empezaba a recuperarse, cuando su juego era mejor y Santi había comenzado a rehacer la alineación para poner a los titulares en el campo. Sergio Gómez había entrado en el descanso y Fermín y Pablo Barrios esperaban su turno cuando Egipto marcó el segundo. También Miranda tuvo su oportunidad y España estuvo cerca de corregir todo lo que había pasado en la primera hora de partido en los últimos veinte minutos.
Pero llegó tarde la reacción. Si los egipcios no habían tenido problemas para encontrar la portería, a España le costaba demasiado. Ni la presencia de dos delanteros como Samu Omorodion y Camello permitió a España llegar al gol de manera sencilla.
Camello mandó un cabezazo al palo y los últimos minutos se convirtieron en un acoso constante de la selección española. Samu dio esperanzas con un cabezazo que puso el 1-2. Quedaban diez minutos de añadido todavía, pero no hubo más. España es segunda de grupo.