Cuando sufría una crisis nerviosa, cosa que ocurría a menudo, Joseph Conrad creía que el único remedio para su depresión era cambiarse de casa. El último día de su vida, Conrad fue en coche con su amigo Richard Curle a buscar una nueva casa para alquilar en la comarca de Kent, donde le gustaba vivir. Durante el trayecto, Conrad se quejó de dolores en el pecho y de dificultades para respirar. A la maña siguiente, Conrad sufrió un infarto. «Aquí», gritó, antes de caer fulminado al suelo. Tenía 66 años. Fue el 3 de agosto de 1924, hoy hace cien años. «Vivimos igual que soñamos, solos», escribió Conrad , y sin duda sabía de lo que hablaba. Durante toda su...
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