Ana Peleteiro ya ha iniciado su camino en busca de su segunda medalla olímpica tras el bronce de Tokio. Y lo hizo este viernes con un golpe de autoridad. Como las grandes, como lo que es la gallega, con un gen competitivo que siempre sale a relucir en las mejores ocasiones. Peleteiro llegó al Stade de France, calentó, ajustó la carrera, hizo un salto, recogió la mochila y se fue a descansar para preparar la final del sábado (20,20 horas). Así de sencillo, así de complicado. «Ya están los deberes hechos», sentenció la referente del atletismo femenino español , que se siente como una estrella en un coliseo como es el Stade de France. «Me siento como Taylor Swift en el Bernabéu, en negro, eso sí», soltó la gallega, siempre espontánea, para explicar lo que siente cuando compite ante más de 70.000 espectadores. «Para mí un estadio lleno es como una 'performance' y lo vivo así, y de hecho antes de empezar estaba un poco nerviosa, pero el ruido de las palmas me ha ayudado a tranquilizar las pulsaciones y a hacer los deberes, que era lo que teníamos que hacer». Así que mientras muchas de sus rivales seguían en el pasillo de saltos intentando alcanzar la final, Peleteiro se desgastó lo mínimo para una competición donde está convencida que el oro estará en torno a los 15 metros y ella deberá estar al menos en esa marca de 14,85 con la que conquistó hace dos meses el oro en el campeonato de Europa de Roma. La senda que abrió Peleteiro la continuaron otras tres atletas en eso de llegar, saltar y lograr a la primera la calificación. Fue el caso de Shanieka Ricketts (14,47), Jasmine Moore (14.45) y Liadagmis Povea (14.36). Y a ellas se le unió la cubana Leganis Pérez, la autora de la mejor marca de la calificación con 14,65, para completar la reducida lista de saltadoras que se ganaron la Q mayúscula tras superar la barrera establecida en 14,35 metros. Evitar un desgaste en el pasillo de saltos se antojaba muy importante, porque tal y como explicó Peleteiro, se trata de la primera vez en la que la final se pone en el programa del atletismo al día siguiente de la calificatoria , lo que aumenta la exigencia y la complejidad de preparar la final. «Es la primera vez en la historia que se hace así, y creo que es porque Yulimar –Rojas, plusmarquista mundial que se encuentra lesionada– quería doblar, pero no tiene ningún sentido hacerlo al día siguiente». Una nueva 'aventura' en plenos Juegos Olímpicos, algo que no termina de convencerla pero que también lo ha trabajado a conciencia para estar el sábado dispuesta a todo en el pasillo de saltos. «Es todo un reto pero como mi entrenador –Iván Pedroso– era saltador de longitud sabe lo que es eso y lo hemos preparado muy bien, midiendo los tiempos, los entrenamientos, las cargas... y ha salido bien». Ahora toca repetir sensaciones en la gran final. No le fueron tan bien las cosas a los tres españoles del 1.500, que deberán competir hoy en la repesca tras no poder lograr su clasificación para las semifinales en carreras muy tácticas. Adel Mechaal, Mario García Romo e Ignacio Fontes tendrán que acumular una carrera más en sus piernas . Los seis primeros pasaban directamente, pero los españoles competirán de nuevo esta tarde (19,15 horas). Por su parte Marta García, una de las atletas españolas más en forma del año, quedó eliminada en el 5.000 tras una durísima semifinal. «Todavía me queda un salto para poder competir a la altura de estas atletas», dijo.