Fue el protagonista en la desencajonada previa a la feria, y a la postre ha sido también la estrella del abono. El día del desencajonamiento, que aquí en Azpeitia es público, Almirante estuvo más de media hora en el ruedo porque se negó a entrar en los chiqueros. Quienes le vieron estos días en los corrales, aseguran que el toro se mantuvo solo, apartado, lejos de sus hermanos de camada. Misterios de la bravura . Porque en el ruedo ha sido el animal que con más transmisión, emoción, boyantía y codicia ha embestido a las telas. Con buenas hechuras, como toda la corrida, bajo y recogido, el toro tuvo tranco y brío desde que apareció en el ruedo. Los puristas...
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