Remco Evenepoel quiere el doblete olímpico

273 kilómetros para una carrera loca. El ciclismo en ruta se presenta en París 2024 con notables diferencias respecto a las ediciones anteriores de los Juegos. El pelotón se ha reducido a 90 corredores, los principales países cuentan con bloques de cuatro corredores, mientras España sólo tendrá tres según el ranking UCI, y todo lo que sea tratar de controlar la carrera va a ser un reto y un juego de estrategias donde Juan Ayuso, Oier Lazkano y Asier Aranburu tratarán de acertar con la más adecuada. A priori, los ciclistas españoles buscarán las fugas que se puedan dar en los momentos clave de la carrera. Con Bélgica y Países Bajos como las principales fuerzas que trabajarán para sus líderes, al resto de países les quedan las alianzas que se puedan producir en esos muy largos 273 kilómetros con salida y llegada en Trocadero (a eso de las 17,45 horas), con una primera parte de 224 por los alrededores de París y un recorrido final por la capital gala donde pasarán por todas sus zonas más emblemáticas y en el que la subida a Montmartre puede ser decisiva con tres ascensiones de 1 kilómetro en torno al 6%. En principio, todo apunta a un duelo entre Mathieu Van der Poel y Remco Evenepoel , aunque Bélgica también cuenta con la baza de Wout van Aert para intentar el doblete crono-ruta. Evenepoel tiene en mente algo histórico en los Juegos y está convencido de que el estado de forma con el que terminó en el Tour le sirve para alcanzar su objetivo y relevar a Greg Van Avermaet como último belga en ganar la prueba en línea en 2016. Van Aert, por su parte, será la alternativa. Ya demostró en la crono que ha recuperado su nivel, y que sólo le falta esa victoria que le saque de esa situación en la que todos sus remates van al poste y ninguno dentro de la portería. Bélgica deberá manejar con acierto sus piezas si quiere derrotar a Van der Poel, que ha llegado a París dispuesto a subirse a lo más alto del podio. El neerlandés pasó mucho más desapercibido de lo que es habitual en él en el Tour y renunció a participar en la prueba de BTT porque quiere el oro olímpico de ruta. Dan Hoole y Dylan Van Baarle serán sus escuderos para que trate de aprovechar un circuito muy adecuado a sus condiciones. ¿Hay alternativas? Por supuesto. En una carrera que se antoja tan difícil de controlar hay países que pueden sacar petróleo. Gran Bretaña, por ejemplo, está convencida de que Tom Pidcock puede tener su oportunidad. Es un corredor que ha demostrado su capacidad y su calidad en las clásicas, que se adapta a circuitos complicados y tiene buena punta de velocidad, fundamental en la llegada a Trocadero. Es el mismo caso que Francia, que sueña con que Julien Alaphilippe vuelva a ser quien era al menos por un día y lleve la locura a París. Sería un sueño para el francés, que no tomó la salida en el Tour, unir el oro olímpico a sus dos maillots de campeón del mundo. Corredores como Biniam Girmay, maillot de la regularidad en la Grande Bouclé, Marc Hirschi, Brandon McNulty o Michael Matthews aparecen también en la nómina de candidatos, una lista en la que deben incluirse los españoles en busca de su oportunidad.