La izquierda española blanquea el caos de Venezuela
Es vergonzoso haber visto al expresidente Zapatero liderar la comitiva del aterrador Grupo de Puebla para «supervisar» las elecciones venezolanas que Maduro ha manipulado de nuevo con un fraude obsceno. El Grupo de Puebla «supervisando» unas elecciones es algo así como si Pablo Escobar supervisase la lucha contra el
narcotráfico. Esta infame organización defiende a todas las dictaduras asesinas comunistas y mira hacia otro lado cuando se asalta los derechos humanos y la libertad de expresión en regímenes socialistas.
El desastre económico perpetrado por el socialismo del siglo XXI en Venezuela no tiene parangón. Como explica el economista José Guerra, del Observatorio Venezolano de Finanzas, en su brillante libro «25 años de gobiernos chavistas», en el último cuarto de siglo, el Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela se ha desplomado más de un 55%, mientras el de la región crecía un 25%, el ingreso per cápita se redujo a menos de la mitad, la pobreza creció 2,8 veces, la pobreza extrema se quintuplicó y el salario mínimo en términos reales se hundió un 99%.
El chavismo llevó a la economía venezolana a la miseria más absoluta, con el aplauso de la izquierda española. No olvidemos, además, que el chavismo despilfarró la enorme renta petrolera que recibió durante los años de los precios altos del crudo, hundiendo la economía a pesar de recibir más de un billón de dólares de renta petrolera entre 1999 y 2014, por el valor equivalente al PIB de España.
Nueve millones de venezolanos han sido condenados a emigrar, el nivel de pobreza supera el 80%, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida/Encovi y el chavismo ha hundido la moneda nacional, el bolívar, con una destrucción del poder adquisitivo monstruosa. En los últimos 14 años se han eliminado 14 ceros del valor nominal de la moneda.
Usted habrá leído la mentira de que Venezuela está mal por el bloqueo de Estados Unidos. Es completamente falso. En Venezuela no hay ningún bloqueo y tiene tratados comerciales con las principales potencias mundiales. Estados Unidos es uno de sus principales socios comerciales, con China, Rusia, Turquía, España, India, Países Bajos y Brasil entre otros, con datos del propio gobierno venezolano. De hecho, Venezuela ha recibido créditos blandos y apoyo financiero de China y Rusia por un importe superior a 78.000 millones de dólares según el CRS de EE UU. Es más, Venezuela ha sido el mayor beneficiario de créditos blandos y reestructuraciones de deuda de toda la región desde 2013. De hecho, el primero que reconoce que no hay bloqueo alguno es el dictador Maduro, que se vanagloria del rebote de gato muerto de la economía y de las exportaciones que lleva a cabo. Hilarante.
No existe bloqueo en Venezuela. El único bloqueo es el que impone el chavismo al pueblo empobrecido. Lo que hay son sanciones a los dirigentes que han robado a manos llenas al pueblo venezolano y han esquilmado a la petrolera estatal, PDVSA, que ha pasado de ser la más eficiente del mundo antes del chavismo a un erial descapitalizado y endeudado.
1.087 empresas expropiadas, más de 523.000 apartamentos confiscados directa e indirectamente y 3,4 millones de hectáreas robadas por el chavismo. El 62% de las expropiaciones, además fueron abandonadas, y el 95% directamente robadas.
El chavismo ha cerrado más de 40 periódicos nacionales y regionales, casi cuarenta radios y bloquea la emisión de más de treinta televisiones, incluida la CNN en español o Antena 3. Además, el chavismo mantiene a más de 260 presos políticos encarcelados, según el Foro Penal.
Venezuela es el país más inseguro de la región, con más de 330.000 muertes violentas en 20 años de régimen chavista, según el Observatorio de la Violencia. La ONG Provea publicó que el Gobierno de Maduro asesinó a más de 9.400 personas entre 2013 y 2023, institucionalizando el asesinato, según reconoce la ONG.
Hiperinflación, miseria y represión. Una dictadura asesina perpetuada por el apoyo del Foro de Sao Paulo y el aterrador Grupo de Puebla que blanquea también a la dictadura castrista y nicaragüense. Ese es el legado del chavismo que aplaude el socialismo y la ultraizquierda de nuestro país. Y tienen la desvergüenza de decirte que ellos defienden la democracia, el progreso y la libertad de expresión.
Esta izquierda caviar que calla ante el asesinato y la miseria en Venezuela y Cuba son los que luego se rasgan las vestiduras con el inexistente avance de la ultraderecha, mientras encumbran y miran hacia otro lado con la evidencia del terror de la ultraizquierda.