El tránsito por la serpenteante carretera que une Riotinto con Zalamea es constante pese al calor asfixiante del verano. En el periplo, los vehículos que circulan entre estas dos localidades se ven obligados a bordear El Campillo , el otro municipio, junto a Nerva, que integra la famosa Cuenca Minera onubense . A tan solo unos pasos de la estrecha vía por la que los camiones transportan el mineral extraído en las gigantescas e históricas explotaciones de la zona emerge el Estadio Municipal Francisco Valero Rojas . Un campo modesto donde los niños sueñan con poder llegar algún día tan lejos como Fermín López , delantero del Barcelona y de la selección española nacido en este acogedor pueblo de poco más de 2.000 habitantes y que lleva más de cinco temporadas sin equipo de fútbol en categoría sénior. La campaña 2024-25 será, sin embargo, la del regreso del balón para disfrute y gozo de los campilleros. La ilusión de un pequeño grupo de vecinos, junto al estímulo y empuje del campeón de Europa y olímpico español, ha obrado el milagro. A partir de septiembre volverán a cantarse los goles en las gradas aunque el balón rueda ya en los primeros entrenamientos de pretemporada. «El equipo vuelve a competir por el empeño de un grupo de locos que lo dan todo por su pueblo». El que realiza a ABC la rotunda afirmación es Javier Sánchez Rubio y, en su caso, esa sana 'locura' es por partida triple porque ejerce como presidente, director técnico del Campillo CF y entrenador del equipo juvenil. No solo ganas, el fútbol modesto obliga a echarle mucho tiempo. Y en ambas casos, pocos ganan a Javier, que habla con orgullo de su pueblo y de sus vecinos. También de Fermín López, del que asegura le encanta colaborar con sus paisanos en todo lo que está a su alcance. Una de sus últimas aportaciones era necesaria para que el equipo saliera del letargo en el que ha estado en el último lustro. «Ha pagado una portería movible que necesitábamos para los entrenamientos», desvela Javier. Mientras Fermín, decisivo en los cuartos de final ante Japón , luce en los Juegos Olímpicos , sus paisanos ya se preparan para la vuelta a los partidos. Entre ellos, alguien especialmente cercano al joven futbolista del Barça. «En el equipo está su hermano Juan Antonio , un estupendo portero, aunque actualmente está convaleciente por una rotura de ligamentos», explica el dirigente del club a este periódico a través del teléfono. Al acceder al Valero Rojas, la mirada del visitante se clava en un gran mural que preside las entrañas del estadio municipal en el que aparece la figura de Fermín López con la indumentaria de Recreativo de Huelva, Real Betis Balompié y FC Barcelona , tres de los equipos de su vida. Un texto invita a la lectura: «Los sueños sólo se cumplen con ilusión, sacrificio y constancia. Y para que más futbolistas sigan tu ejemplo, reinauguramos nuestra Escuela Municipal de Fútbol Base con el nombre de Fermín López Marín». Un ilustre apellido que luce en la instalación desde que el futbolista visitara el pueblo la pasada Navidad. «Se ha criado a 50 metros de mi casa y cómo vecino te puedo decir que es un diez. Amigo de sus amigos y cariñoso con todos sus convecinos, es un encanto de persona, humilde y orgulloso de su pueblo, que lo quiere a rabiar», le define Javier, que se emociona al hablar de Fermín y con una frase muestra el tamaño de su figura: «Ha logrado unir a madridistas y barcelonistas del pueblo bajo la bandera de Fermín López Marín». Porque aunque El Campillo lleva cinco temporadas sin equipo en categoría sénior, los conjuntos de la base sí han podido jugar con el flotador municipal y los niños del pueblo han seguido compitiendo en las diferentes categorías provinciales. Un empeño en el que el Ayuntamiento cuenta con la ayuda y colaboración de Fermín López, que el pasado mes de mayo, según informaba el propio Consistorio, donaba ya ya un amplio lote de material deportivo para sus vecinos. «Nos ha enviado material deportivo de la marca que viste, Under Armour, destinado a los niños y niñas de la Escuela Municipal de Fútbol Base que luce su nombre. En total, 126 pares de botas, 57 calzonas y 127 camisetas. Un gesto que nos ha llegado al corazón y que queremos agradecérselo públicamente», detallaba entonces el Ayuntamiento campillero en sus redes. Sin foco, ruido mediático ni comunicados, el internacional del Barcelona ha seguido y sigue ayudando en todo lo que puede para que el fútbol no deje de latir en su pueblo, en el corazón de los más pequeños pero también en el de los jóvenes de El Campillo que le ven como un espejo y sueñan con llegar tan alto como él dando patadas al balón en el modesto estadio Valero Rojas. A partir de esta próxima temporada, el equipo regresa a la competición después de un lustro de ausencia, según informaba el Ayuntamiento a finales de julio. La esperada reaparición será en la Tercera Andaluza, la categoría más baja del fútbol provincial, pero la ilusión es la máxima. Por parte de la plantilla y del entrenador, Luis Torres, un técnico que ha entrenado al Riotinto y al Campofrío. Dos campos en los que Fermín también conoció cuando era niño y ya apuntaba alto. «Su humildad, trabajo y sacrificio son las premisas que lo han llevado a estar en la élite, evidentemente el apoyo de sus padres ha hecho que estas condiciones se hayan consolidado», considera el dirigente de El Campillo CF, que le recuerda como «un jugador eléctrico a pesar de sus diminutas dimensiones». «Recuerdo que cuando lo recomendé al Recre, me dijeron que era imposible, pero la situación cambió cuando vieron el desparpajo y desvergüenza que presentaba ante sus rivales», añade. El dirigente campillero desprende la misma ilusión al hablar sobre el regreso de El Campillo FC. «El 98 por ciento de los jugadores del equipo están formados en la escuela de fútbol del pueblo, aunque hay también jóvenes de toda la zona. En la plantilla ahora tenemos 25 jugadores. pero nuestra intención es quedarnos con veinte y subir a juveniles cuando haga falta», asegura Javier Sánchez Rubio. El presidente, director deportivo y entrenador del juvenil de El Campillo CF , un equipo que revive gracias a un grupo de 'locos' por el fútbol.