Rebeca Andrade supera, por fin, a Simone Biles y se lleva el oro en suelo

Dos salidas del tapiz penalizaron a la estadounidense con seis décimas que la condenaron a la plata

Simone Biles sonreía después de sus primeras pìruetas sobre el tapiz. Disfrutaba la estadounidense en un ejercicio en el que ha sido seis veces campeona del mundo y en la que ya ganó el oro olímpico. Pero no fue suficiente para llevarse el oro, el último de la gimnasia artística en los Juegos de París. Dos pequeños errores en las series, dos salidas del tapiz con los dos pies la penalizaron y le hicieron conformarse con la plata.

Después de quedarse fuera de las medallas en la barra de equilibrios, Biles buscaba el oro para acabar con buen sabor su participación en París. Pero esos dos pequeños fallos entregaban el oro a Rebeca Andrade, la brasileña que ha vivido todos los Juegos a la sombra de Biles, su gran competidora, la que le obliga a dar lo mejor de sí. «No quiero competir más con Rebeca. Estoy cansada como si ella estuviera demasiado cerca. Nunca he tenido una gimnasta tan cerca», decía Biles tras ganar la medalla de oro en el concurso completo en el que Andrade se conformó con la plata.

Ahora es Biles la que está por detrás después de un ejercicio espectacular de la brasileña que le valió una puntuación de 14.166. Esta vez era Andrade la que participaba antes y la estadounidense la que cargaba con la presión de tener que superarla. Y lo hubiera hecho sin las seis décimas de penalización por sus dos salidas. Su puntuación se quedó en 14.133. 33 milésimas la dejaron sin oro. La dificultad del ejercicio de Biles era mayor, 6.900, un punto más que el de Andrade. Pero la ejecución de la brasileña fue mejor.

No se lo creía Andrade cuando anunciaron la puntuación de la estadounidense Jordan Chiles, que era la última participante. Pero Chiles, a pesar de los aplausos de su amiga Simone, se quedó en 13.766. Suficiente para subir al podio y desplazar a la rumana Barbosu, pero no para arrebatar el oro a Andrade. Barbosu había empatado con su compatriota Sabrina Maneca-Voinea, con 13.700 pero su ejecución había sido mejor.

Barbosu soñaba con un bronce que era suyo cuando Chiles finalizó su ejercicio. Los 13.666 de la estadounidense le daban el bronce, pero una revisión posterior aumentó una décima la nota de Chiles, que acabó colgándose el bronce.