¿Hay peligro de un zarpazo?, por Mirko Lauer
Estamos asumiendo que nuestros actuales gobernantes (Congreso y Ejecutivo) soltarán el poder cuando lo indique la Constitución. Pero como durar en el cargo se ha vuelto una obsesión para toda esa gente, no descartemos que someterse a elecciones o incluso a una reelección pueda volverse demasiado trajín o riesgo para ellos.
Pero por si una elección fuera inevitable, la mayoría del Congreso se ha pasado el tiempo buscando la manera de controlar el próximo proceso electoral, que es colocando en el JNE autoridades que ellos puedan manejar. Hasta ahora no les funciona, con lo cual en una de esas podrían verse tentados de buscar otro camino.
¿Existe ese otro camino? Como están las cosas hoy, no existe. Pero si miramos bien nuestra mansedumbre como ciudadanos afectados por formas de la prepotencia, las cosas podrían cambiar de un momento a otro. Alargar el periodo de gobierno 2021-2026 es una de las posibilidades. Es decir darse un tiempo para ir pensando alguna otra cosa.
Nadie ha dicho que los poderosos de hoy son capaces de liquidar la noción misma del recambio. Aquí lo decimos, aún si tiene un tufo a política-ficción. El socio fujimorista de la troika parlamentaria ya lo intentó hace unos años con su segunda reelección. Allí están además los ansiosos huancaínos que el golpista Pedro Castillo choteó.
¿Qué los podría disuadir? Se suele decir que el temor a la cárcel. Pero allí está la familia Fujimori paseando tan campante por las alfombras rojas de la política. Quizás el temor a no ganar las elecciones les sea equivalente al de ir presos. Una elección sin éxito seguro puede llegar a ser vista como sumamente peligrosa.
Es cierto que hasta ahora lo de la clique FP-APP-PL han sido movidas comerciales de diverso tamaño, y todavía no hemos visto realmente un zarpazo político de proporciones. Aunque hemos visto intentos de darlo. Parte de eso se ha frustrado por el bajo nivel y poca imaginación de muchos de los potenciales implicados.
También se ha frustrado el zarpazo porque los poderosos atornillados no ven a las opciones alternativas, opositoras, o discrepantes como amenaza suficiente a sus proyectos, que son llegar hasta el 2026, para volver a ganar sin problemas. Por último, cabe decir que no hay en la banda del poder suficiente cohesión como para emprendimientos bestia como el que tememos aquí.